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7 julio 2016

Renfe castigará con hasta 530 millones los fallos en el 'macrocontrato' del AVE

 

  • Bombardier baraja denunciar al operador ante la Audiencia Nacional
  • Límite para la imposición de penalidades del 20% del importe del contrato
  • El grupo canadiense denuncia que las condiciones elevan el coste final

 

7:39 - 7/07/2016

 

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La industria ferroviaria coincide en que el macroconcurso del AVE de 2.640 millones de euros es el "más duro y exigente" que nunca haya licitado Renfe. El operador estatal, que se prepara para competir en un mercado liberalizado, ha impuesto una serie de condiciones económicas en los pliegos que buscan arrojar certidumbre en los gastos a largo plazo para establecer una estrategia que les permita ser competitivos y rentables.

 

Así, las cláusulas de la licitación obligan a las empresas que se presentan (CAF, Talgo, Siemens, Bombardier y Alstom) a calcular al milímetro los números y compromisos de sus ofertas, ya que, en caso de incumplirlos, se enfrentan a sanciones de hasta 526 millones de euros.

Y es que las condiciones económicas de los pliegos establecen un límite máximo para la imposición de penalidades de hasta un 20% del "importe total del contrato". La licitación, que incluye la fabricación y mantenimiento de los trenes, está valorada en 2.642 millones y el 20% del total alcanza los 526 millones de euros.

Desde Renfe no han querido confirmar esta cifra, pues aseguran que el contrato "todavía no está redactado" y que la sanción máxima podría ser menor. No en vano, las distintas empresas que participarán en la puja privada tienen que luchar por presentar la mejor oferta, tanto económica como técnica, para ganar el macroconcurso.

Fuentes del sector han explicado a este diario que casi todos los puntos de la licitación, tanto de suministro de trenes como de la parte de mantenimiento, están sujetos a multas por incumplimiento. "Las penalizaciones no son globales, son por cada uno de los compromisos, pero evidentemente se fija un techo global que no se excede", explican desde el sector.

Por ejemplo, en los pliegos está fijado en 18 meses el plazo de entrega del primer tren y se contempla una multa si se incurre en algún retraso. A su vez, también se sancionarán los desvíos en los consumos de energía de los trenes, ya que hay un compromiso de eficiencia energética. Si se incumple el compromiso de fiabilidad, es decir, si el tren dura menos de lo prometido, también debe pagar la empresa. En este punto, incluso se contempla que el fabricante "restituya los trenes suministrados" en el caso de fallos de fabricación o ajenos a Renfe.

"Los requisitos imprescindibles y los puntos que te dan por las cosas a las que te comprometes están sujetos a multas. Son unos pliegos muy penalizados, que te exigen mucho. Pero también son muy transparentes, objetivos e iguales para todos, lo que es muy positivo. Sabes a lo que te enfrentas a largo plazo", explican fuentes de la industria ferroviaria.

Las cláusulas económicas del macrocontrato, que incluye la compra de 15 trenes y de otros 15 opcionales, también exigen la "cesión de derechos de propiedad industrial y de uso de tecnología" y establecen un "límite máximo del 1,5% de la tasa de revisión de los precios de mantenimiento anual para un periodo de 30 años". Los pliegos iniciales plantean un contrato de mantenimiento de los trenes por tres décadas con opción a extenderse otros diez años más.

Para llevar la revisión de los trenes, las empresa ganadora tiene que formar una sociedad mixta con Renfe y elaborar un plan económico para los próximos 30 años que está sujeto a sanciones en el caso de que haya desvíos presupuestarios. "Las condiciones de prestación de servicios de mantenimiento imponen al licitador la obligación de costear cualquier desviación de más del 5% del ebitda (beneficio operativo) de la sociedad mixta que se ha de constituir para la prestación de dicho servicio respecto del plan de negocio presentado por el propio licitador con su oferta", recoge una de las condiciones.

Las cláusulas son mucho más duras que las impuestas anteriormente por Renfe que, por ejemplo, en un contrato de suministros de 2003, establece penalizaciones máximas sobre la mercancía entregada fuera de plazo, no sobre el total del contrato, y sobre la fianza constituida.

¿Ante la Audiencia Nacional?

Estas condiciones económicas han sido tachadas de "onerosas" por parte de Bombardier, que todavía estudia llevar a Renfe ante la Audiencia Nacional para lograr impugnar el concurso, tal y como explican desde la compañía. Y es que, las cláusulas económicas citadas vienen recogidas en la resolución por la cual el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales (TACRC) impugnó un punto de la anterior licitación y obligó a Renfe a repetir en concurso.

La resolución, a la que ha tenido acceso este diario, no ve abuso por parte de Renfe en las condiciones económicas, aunque reconoce que no es el tribunal indicado para juzgarlo, por lo que, en el caso de ver sus derechos lesionados, Bombardier deberá acudir a la justicia ordinaria. La compañía canadiense, que ha abierto un frente contra Renfe, también asegura que el contrato "discrimina" y "eleva el coste final de los trenes" al obligar a la empresas a ir con un socio financiero para afrontar el calendario de pagos establecido.

Cláusulas económicas

Tasa de revisión: El macroconcurso de trenes para la red de alta velocidad fija un límite máximo del 1,5% de la tasa de revisión de precios de mantenimiento anual para 30 años. 

Incumplimientos: Si las empresas incumplen alguna de las condiciones fijadas en el contrato se pueden enfrentar a multas de hasta el 20% del importe total. 

Desviaciones: Renfe impone al licitador la obligación de costear cualquier desviación de más del 5% del 'ebitda' de la sociedad mixta que lleva el mantenimiento de los trenes.  

Cesión de derechos: La empresa tiene que ceder sus derechos de propiedad industrial.

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