"Que La Sagrera salga de la vía muerta". Esta es la tesis que defienden trece organizaciones catalanas, entre colegios profesionales y económicos, que han impulsado este miércoles dos manifiestos donde reclaman a las administracionesvolver al proyecto original de la infraestructura y sobre todo, que las obras avancen en algún momento. Arropados por el Colegio de Economistas de Cataluña, las organizaciones profesionales han hecho un llamamiento a ADIF para que la investigación sobre las supuestas irregularidades en la obra no afecten a la futura estación.

Los manifiestos los impulsaron originariamente los colegios profesionales de arquitectos, de ingenieros de caminos, de economistas y de ingenieros industriales catalanes. Hoy se han sumado nueve más, entre ellos el de geógrafos, la  Societat Catalana d’Ordenació del Territori, la asociación de Ciència Regional o la fundació Cercle d’Infraestructures que dirige el exconsejero Pere Macias, fichado por el Ayuntamiento de Barcelona para la unión de las redes de tranvía.

La Sagrera está llamada a solucionar gran parte de los problemas ferroviarios de la ciudad ante el colapso de Sants, sobre todo en la red de Rodalies. Por eso, todos los impulsores han subrayado la importancia la infraestructura. "No hay que hacer muchos estudios para saber que los retrasos tienen un impacto económico por el coste de oportunidad que se pierde", ha dicho Jordi Julià director de la consultora Transfer Enginyeria, SA y autor de publicaciones sobre las obras.

Sin embargo, las obras llevan dos años paradas, según las organizaciones. Y lo peor aún, corren el riesgo de terminar en una infraestructura que no esté a la altura de las necesidades por las adjudicaciones de contratos "que unilateralmente ADIF ha otorgado a la empresa con peor valoración técnica", defienden las organizaciones.

Julià ha quitado importancia a las irregularidades denunciadas por ADIF en las que supuestamente se utilizaron técnicas y materiales de peor calidad que los previstos en el proyecto o incluso no se ejecutaron algunas partes. Para el ingeniero, "no hay ninguna obra que siga el proyecto estrictamente. Está asumido que el proyecto es una cosa y la obra es otra. El problema es cuando la ley aquí no lo comprende así". Los presentes han hablado del problema como un asunto interno de la empresa estatal de infraestructuras y no han querido valorar más responsabilidad que la de retomar el proyecto original, en el que estaban representados también la Generalitat y el Ayuntamiento: "Es absolutamente vital".