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3 junio 2016

Granada pone luz en el túnel más largo del mundo

  • Isabel Román es la única española entre los técnicos de la obra inaugurada ayer

  • Ha supervisado y coordinado el montaje de la estructura ferroviaria que cruza bajo 2.300 metros de roca caliza de los Alpes suizos

    M. V. COBO | GRANADA

     

    La ingeniera granadina, dentro de la estructura de la obra.

    La ingeniera granadina, dentro de la estructura de la obra. / ISABEL ROMÁN

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

    Isabel Román Molina es granadina, ingeniera de caminos. Vive en Lucerna, una pequeña población suiza desde el 1 de enero de 2014. Esta 'poblata' -es de Puebla de Don Fadrique- emigró para incorporarse a una obra que ha hecho historia, el túnel ferroviario más largo del mundo inaugurado ayer en Suiza. Ella es una de las ingenieras que ha supervisado y coordinado el montaje de la estructura ferroviaria que permitirá unir el Mar del Norte con el Mediterráneo, cruzando bajo los Alpes. La única española en la rama técnica.

    Por la obra en la que ella ha trabajado durante los últimos dos años y medio pasaron ayer Ángela Merkel, François Hollande y Matteo Renzi, que acompañaron al presidente suizo, Johan Schneider-Amman, en la inauguración, un evento a nivel continental. Allí contemplaron esta obra de ingeniería que atraviesa el macizo de los Alpes, bajo la imponente montaña de San Gotardo, con 151 kilómetros de galerías excavados bajo 2.300 metros de roca caliza. Hasta hace tres días, cuando dos mil militares y policías comenzaron a revisar la obra y los alrededores, Isabel no tomó conciencia de la importancia del proyecto en el que ella ha estado inmersa estos últimos años.

    «Ha sido un reto técnico, profesional y de logística, pero también a nivel personal»

    Este periódico pudo hablar con ella en la tarde de ayer, tras la ceremonia de inauguración del túnel, una obra en la que se han invertido 10.900 millones de euros. Las cifras del proyecto son mareantes, se han batido récords de longitud y permitirá que los trenes circulen bajo montañas que están entre las más altas del continente. Se han montado 230 kilómetros de carril, 380.000 traviesas y se hicieron 131.000 metros cúbicos de hormigón en un tren especialmente diseñado para ello, de 500 metros de longitud. Se han colocado 1.500 kilómetros de hilo de cobre para la electrificación de las vías.

     
     

     

     

    Isabel se sabe de memoria todas estas cifras. Conoce al dedillo la estructura ferroviaria de los 151 kilómetros, desde las vías a los sistemas de electrificación, comunicación o seguridad. Su trabajo ha consistido en la supervisión técnica de ese montaje, vigilando que cumpliera las prescripciones del contrato pero también medidas de seguridad y medioambientales. Y a su vez ha coordinado a las distintas empresas participantes, desde las que colocaron las vías a la que suministró las puertas para las galerías.

    «Ha sido todo un reto, por la obra en sí, y por trabajar en otro idioma», explica Isabel. Esta ingeniera se formó en la Escuela de Caminos de la Universidad de Granada y se especializó después en la línea de Alta Velocidad Cádiz-Sevilla. «Cuando me quedé sin trabajo allí, supe que buscaban gente para esta obra y no tardé en preparar mi currículum en alemán. Tras la primera entrevista, querían que me incorporara de inmediato», explica la granadina.

    1. Imagen del interior del túnel. / 2. Imagen de la entrada del túnel a los pies de San Gotardo. 1. Imagen del interior del túnel. / 2. Imagen de la entrada del túnel a los pies de San Gotardo.

     

    1. Imagen del interior del túnel. / 2. Imagen de la entrada del túnel a los pies de San Gotardo. / I. ROMÁN

    Alta cualificación

    Su perfil era perfecto, a la formación universitaria y la especialización laboral se le unía que hablaba alemán. «Gracias al apoyo de mis padres, Mª Dolores y Manuel, pude irme un año de Erasmus a Alemania. No hablaba nada el idioma, el coordinador decía que era una temeraria», dice entre risas. En aquella estancia conoció el país, el idioma y al que sería su marido. Cuando acabó la carrera, él se vino a España a trabajar y la ha seguido también a Suiza, aunque no trabaja en la misma obra.

    Isabel recuerda que las primeras semanas fueron de mucho estudiar. «Iba a trabajar en un idioma que había aprendido muchos años antes, y tenía los conocimientos técnicos pero hasta que no conoces el contrato no sabes cuáles son tus responsabilidades», resume. En su equipo de supervisión y coordinación de la ejecución trabajan también un ingeniero alemán, otro rumano, un suizo y un austriaco. Admite que tampoco fue fácil siempre ser una mujer entre un personal mayoritariamente masculino. y ejerciendo labores de supervisión.

    «Los trabajadores tenían contenedores de refrigeración y debían hacer pausas obligatorias»

    La ingeniera granadina destaca que en esta obra suiza se ha utilizado la última tecnología, aunque son sistemas que ya llevan años implantados en nuestro país. «España está muy avanzada en ferrocarriles, el problema es que no hay dinero para emprender grandes obras», explica cuando se le pregunta si le gustaría volver. De momento, le quedan al menos tres meses más de trabajo desmontando algunas infraestructuras que tuvieron que montar para trabajar en este túnel. «Dentro se alcanzaban 43 grados de temperatura, por lo que hubo que instalar refrigeración, ventilación, electrificación...», señala la ingeniera sobre un túnel en el que se movían en bicicleta, coche y hasta en tren, la única forma en la que se podía llegar al punto central.

    Ahora, cuando se da cuenta de que es la única española en un proyecto que cambiará la forma de comunicarse de los europeos, recuerda con cariño el día de la entrevista de trabajo. «Fui hasta Suiza a hacer la entrevista y cuando llegué me preguntaron qué tal había ido el viaje. Yo les dije que bien, pero que me había dado un poco de claustrofobia tener que pasar por tantos túneles, que Suiza es un poco como un queso gruyere», rememora entre risas. Hoy celebrará haber terminado con éxito el túnel más largo del mundo.

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