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4 mayo 2016

Renfe espera beneficios en el AVE a La Meca pese a bajar en 40 millones la previsión de pasajeros

  • Gómez-Pomar defiende que no perderán dinero pese a las desviaciones

 

9:05 - 3/05/2016

 

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La cifra de pasajeros que recoge el pliego del contrato del AVE a La Meca estaba sobredimensionada. Cuando se adjudicó el proyecto al consorcio español en 2011, las autoridades saudíes establecieron que el tren de alta velocidad Haramain transportaría hasta 80 millones de pasajeros anuales, un número que Renfe, que va a operar la línea durante al menos siete años, ha visto imposible de alcanzar hasta el punto de que la ha ido ajustando año a año.

 

Así, según las últimas cifras que se manejan en el seno de la compañía estatal, el AVE del Desierto no transportará más de 40 millones de pasajeros al año, lo que implica la mitad de lo esperado inicialmente.

Pese a que fuentes del consorcio formado por doce empresas españolas y dos árabes reconocieron a este diario que las cifras de viajeros estaban infladas, lo que afectará a los retornos previstos, descartaron que Renfe vaya a perder dinero, tal y como han apuntado otras voces. La estimación que maneja el operador ferroviario es que logrará beneficios incluso con menos de la mitad de los 80 millones de pasajeros propuestos por el cliente.

"Es muy difícil que con 40 millones o con 20 millones de clientes al año se pierda dinero. Los volúmenes de los que estamos hablando son tan grandes que hay que hacerlo rematadamente mal para que no se logre un mínimo beneficio", apuntan fuentes del consorcio cercanas a Renfe.

Aunque la empresa pública espera ganar dinero con la operación del AVE a La Meca, ya está analizando distintas vías para lograr ingresos adicionales. Por ejemplo, busca llevar a Arabia la plataforma de wifi y venta de contenidos que está desarrollando en España de la mano de Telefónica.

Problemas con los coches

Además del número de viajeros (La Meca recibe cada año unos 13 millones de peregrinos), el consorcio ha detectado un nuevo problema con el tamaño de los coches. En el proyecto inicial se contemplaba un viajero típico del AVE Madrid-Barcelona, un estereotipo que no casa con la imagen del musulmán medio que visita La Meca una vez en su vida.

Los peregrinos viajan con mucho equipaje, ya que cargan incluso con productos que puedan vender a lo largo del viaje para costeárselo. "Hay un problema con los peregrinos y las maletas. Los coches de pasajeros no son lo suficientemente grandes para que quepan todos los bultos. Es un tema que se ha hablado muchas veces pero todavía no hay una solución fija y oficial", aseguran desde el consorcio. Este problema se traduce en que el tren tendrá menos capacidad por trayecto de lo previsto, lo que puede repercutir en la rentabilidad por viaje. 

Las elevadas estimaciones de pasajeros no es el único problema al que las empresas españolas están haciendo frente en la obra del Desierto. Desde su puesta en marcha, el proyecto Haramain se ha encontrado más de un escollo, como los retrasos en las obras, fallos en el diseño de los pliegos y estructuras, la construcción de más talleres o las disputas sobre cómo solucionar el problema de la arena en las vías del tren. Estas sorpresas implican unos sobrecostes que las firmas negocian día a día con Arabia Saudí.

Según el Ejecutivo, estos inconvenientes son solventables y no implican que se vaya a perder dinero. Así, a pesar de que el consorcio ejecuta una obra faraónica llena de dificultades, Julio Gómez-Pomar defendió, en declaraciones a este diario, que las empresas españolas involucradas "no perderán dinero", ni las públicas (Adif, Renfe, Ineco) ni las privadas (OHL, ACS, Abengoa, Copasa, Talgo, Indra, Dimetronic, Consultrans e Imathia).

"Las empresas españolas no han ido a Arabia a perder dinero y, aunque hay dificultades, las obras van bien", aseguró el secretario. "No van a ganar tanto como pensaban, pero no perderán", apuntan otras fuentes del ministerio.

Problemas de gobernanza

Desde Fomento reconocen que el consorcio tiene problemas de gobernanza y que hay ciertas tensiones entre las empresas españolas pero descarta que vaya a ser un problema para la ejecución de la obra y la posterior explotación. "Se tendría que haber hecho una UTE -unión temporal de empresas- con una única dirección en vez de un consorcio en el que se decide todo por unanimidad. Se han llegado a situaciones de bloqueo", explican fuentes cercanas al ministerio que dirige Ana Pastor. Aún así, se descarta que se vaya a cambiar el modelo.

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