Vive la ruta Puno-Cusco en un tren de lujo

 

Domingo 27 de marzo del 2016 | 20:57

Vive la ruta Puno-Cusco en un tren de lujo

En su recorrido el tren pasa por paisajes contorneados por montañas, como el nevado Chimboya, que tiene una altura de 5.489 m.s.n.m. 2. Vista del lago Titicaca desde la terraza del Amantica Lodge. (Foto: PeruRail)

Son las 7.45 de la mañana y los 8 grados centígrados de temperatura se sienten a pesar de las tres capas de ropa. Es un recorrido de 380 km en un tren de lujo de Puno al CuscoLa locomotora bota ya su humo negro. En temporada baja, es decir, de setiembre a marzo, el Andean Explorer transita por estas vías solo los lunes, miércoles y sábados, mientras que el resto de los meses también lo hace los viernes. 

La partida

En la estación de Juliaca, el tren hace una parada técnica donde los pasajeros no pueden bajar. Sin embargo, es útil saber que hay algunos viajeros que, si así lo desean, pueden iniciar –o quienes vienen del Cusco, acabar- su recorrido aquí. El costo del tiquete será el mismo. El tren continúa su ascenso, prácticamente sin detenerse y a una velocidad constante de 50 km por hora, hacia los 4.300 m.s.n.m. de La Raya, pasando por Ayaviri y Chuquibambilla. 

La mitad del camino

Está marcada por la llegada a La Raya, el punto más alto del recorrido y la división entre los departamentos del Cusco y Puno. Esta es la única parada donde está permitido bajar del tren. Durante estos 10 minutos se tiene una vista privilegiada del nevado Chimboya, se visita una pequeña capilla y se puede comprar artesanía local. 

El escenario a partir de aquí cambia radicalmente. La fisonomía y el verdor del valle comienzan a sentirse cercanos. Los cerros ya no son figuras lejanas, ahora son muros que envuelven al tren. Sus vías acompañan el trazo del río Vilcanota, mientras desciende a los 3.300 m. s. n. m. de la ciudad del Cusco. Atravesamos distritos como Maranganí, Sicuani, Yanaoca, Quiquijana, Urcos y Oropesa; también las aguas termales de San Pedro. 

Todo tiene su final

Los últimos rayos de sol caen mientras el tren ingresa a la estación del Cusco, por lo que el paisaje se mantiene visible durante todo el viaje. De julio a setiembre, sin embargo, oscurece más temprano, por lo que el tramo final se hace prácticamente de noche. La experiencia termina al llegar de noche al corazón del Imperio Inca, cuando las luces iluminan sus muros ancestrales haciendo brillar su historia milenaria. 

 

Vive la ruta Puno-Cusco en un tren de lujo

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