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17 febrero 2016

 

Un 'Gran Hermano' en el ferrocarril


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Ramón Maseda, oficial de subestaciones, controla el suministro eléctrico de la red ferroviaria.

Ramón Maseda, oficial de subestaciones, controla el suministro eléctrico de la red ferroviaria. / Pablo Nosti

  • El Puesto de Mando de El Berrón controla al día 414 trenes de media que circulan por once líneas entre Ferrol y Llanes

    El Berrón. Son las 05.50 horas y el primer tren de cercanías de la mañana se dispone a salir de la estación de Pola de Siero con destino a Oviedo. El maquinista arranca el motor y el convoy comienza a alejarse lentamente de la estación. De forma paralela, los operadores de tráfico a los que les toca comenzar turno supervisan todo el recorrido desde el Puesto de Mando, ubicado en El Berrón.

    En la pantalla de sus ordenadores y en el gran panel informatizado ubicado en el frontal de la sala principal tienen un croquis con tres colores que muestra en tiempo real la posición del tren y el itinerario que debe seguir, así como el de todos aquellos que también están operativos en ese momento. El mecanismo, aunque parece lo contrario, es sencillo: el color rojo significa vía ocupada, el amarillo muestra los tramos libres y el verde los itinerarios marcados por los trabajadores. «Usamos un código de colores para que a los operadores les resulte más cómoda su labor y que puedan comprobar que todo va bien de un simple vistazo», explica Gonzalo Fernández, responsable del Puesto de Mando de Asturias y Galicia.

    LOS DATOS

    Un 'Gran Hermano' en el ferrocarril

     

    Los trenes.414 diarios, 366 de cercanías, 16 de media distancia, 22 de mercancías y 10 especiales.

    Las vías.542 kilómetros de vía y otros 270 más de vía electrificada en Asturias.

    Las estaciones.Once líneas con 76 estaciones –11 en Galicia y 65 en Asturias– y 161 apeaderos, 41 en Galicia y 120 en Galicia.

    Las subestaciones eléctricas.Hay once repartidas por toda Asturias y garantizan el suministro desde dos puntos diferentes.

    Este equipamiento se encarga de regular el tráfico ferroviario en toda la red de Feve en Asturias y de Galicia y el trabajo en el Centro de Control de Tráfico Centralizado (CTC) de El Berrón tiene un poco de torre de control de aeropuerto y algo de ‘Gran Hermano’. Desde allí se supervisan prácticamente durante veinticuatro horas once líneas ferroviarias comprendidas entre la localidad gallega de Ferrol y Llanes, lo que se traduce en 76 estaciones –11 en Galicia y 65 en Asturias– y 161 apeaderos vigilados.

    En total, 542 kilómetros de vía y otros 270 más de vía electrificada en Asturias por las que se mueven de media unos 414 trenes diarios, 366 de cercanías, 16 de media distancia– los regionales que comunican Asturias con Galicia, León y Cantabria–, 22 de mercancías y una decena de trenes especiales, utilizados en su mayoría para el transporte interno.

    Asimismo, cuentan con el sistema Stacrail que permite ver, en tiempo real, la posición de cualquier tren de la red de Feve, además de su dirección, velocidad y la demora o adelanto respecto a su horario. Imposible que un tren se mueva y lo haga sin que lo noten. «Es un trabajo con una gran responsabilidad porque de nosotros depende garantizar un buen servicio al usuario», destaca Fernández. Algo que no siempre ocurre, ya que la mayor parte de las veces se debe a causas ajenas.

    Un tren, a su paso por el nudo ferroviario de El Berrón.

    Un tren, a su paso por el nudo ferroviario de El Berrón. / Pablo Nosti

    Por ejemplo, esta misma semana las fuertes rachas de viento obligaron a cerrar el martes varias líneas de forma temporal. «Es habitual que se detecten elementos extraños en la vía o problemas con el abastecimiento eléctrico cuando el tiempo viene malo y hay que actuar rápido; el protocolo ferroviario marca unas pautas y lo primero es conocer el alcance de la incidencia para calcular el tiempo de reparación y valorar después si hay que tomar medidas extraordinarias», apunta el responsable del Puesto de Mando.

    De la toma de decisiones se encarga Gonzalo Sánchez, uno de los inspectores. «La clave está en visualizar en cada momento la circulación y tener controlada la malla de trenes que indica de cuánto tiempo disponemos en cada momento en caso de que haya que hacer una reparación sobre la marcha», detalla.

    Así las cosas, si el maquinista detecta una avería durante su trayecto o un elemento extraño sobre la vía, llamará al operador encargado de zona, que de inmediato tiene que valorar la situación y comprobar si es necesario reordenar el tráfico y alterar los cruzamientos. «El objetivo es causar el menor trastorno posible a los viajeros», añade. En caso de tratarse de una incidencia grave, Feve facilita a sus usuarios transporte alternativo.

    50 trabajadores

    El centro neurálgico de El Berrón, que se ocupa de toda la red de Feve en Asturias y Galicia tiene en la actualidad 50 trabajadores, 38 operadores que gestionan el Centro de Control de Tráfico, 5 del servicio de operaciones y 7 de infraestructuras.

    Ramón Maseda, que trabaja como oficial, pertenece al último grupo. En sus manos están las once subestaciones eléctricas ubicadas por toda Asturias con una doble función, proporcionar el suministro suficiente a las catenarias y garantizar la seguridad. «El programa está diseñado para que cualquier punto pueda estar alimentado desde dos subestaciones diferentes», asegura. En el caso de La Pola, desde El Berrón y Nava. «Si hay una incidencia salta la alarma y hay que actuar en consecuencia, lo primero es saber qué es lo que pasa para meter más energía o cortar el suministro», apunta Maseda. Por ello, añade que «es muy importante la comunicación con los compañeros del CTC, no en vano desde las subestaciones también se alimentan los circuitos, los semáforos para los cruces y pasos a nivel y las agujas del sistema ferroviario».

    El sistema Stracail permite ver en tiempo real la posición de cualquier tren de FeveEl Centro de Control de Tráfico Centralizado alimenta los circuitos, semáforos y señalesEl Puesto de Mando lleva en la Casa del Colegial de El Berrón desde agosto de 2009

    En total, el Puesto de Mando alberga 43 estaciones telemandadas, de las que 35 están dentro del Centro de Control de Tráfico Centralizado y se dirigen a distancia y 9 continúan regidas por el propio personal de estación.

    En cuanto a los turnos, los operadores se dividen en tres diarios durante las horas de funcionamiento de las líneas, mientras que los inspectores tienen jornada de dos turnos y guardias. Por su parte, quienes se encargan del telemando de energía, como Maseda, también trabajan a tres turnos, aunque en su caso durante las veinticuatro horas, ya que el suministro de energía a la red férrea tiene que estar disponible toda la jornada porque cualquier actuación de mejora suele hacerse fuera del horario del servicio de viajeros.

    Aunque el Puesto de Mando lleva en su última sede desde agosto de 2009, lo cierto es que anteriormente pasó por otras ubicaciones. Primero estuvo en Gijón, desde donde se gestionaban las líneas Gijón-Avilés y Gijón-Laviana. Y el 1 de marzo de 1997 se trasladó a El Berrón, a unos locales cercanos a los talleres. «Es una zona estratégica por el cruce de vías existente entre las líneas de Oviedo-Infiesto y Gijón-Laviana y también están aquí los talleres, lo que permite tener todos los servicios aglutinados», destaca Gonzalo Fernández.

    Inversión de 3,6 millones

    Por otro lado, doce años después de su llegada a El Berrón, el Puesto de Mando se trasladó a la denominada Casa del Colegial, un edificio modernista construido en 1921 por encargado del empresario sierense Raimundo Rodríguez en el que se invirtieron 3,6 millones de euros.

    Por su parte, a lo largo de esta etapa, las líneas asumidas por el CTC han ido aumentando. Así las cosas, en noviembre de 2001 se amplió a Pravia-Avilés y Trubia-Pola de Siero, en 2004 Pola de Siero-Nava, en 2005 Nava-Infiesto, en 2009 Pravia-Trubia, en 2012 Ablaña-Collanzo y Trubia-Ablaña y en 2014, Cudillero-Pravia.

    Las instalaciones ferroviarias de El Berrón fueron abiertas al tráfico el 7 de mayo de 1853 bajo el nombre de estación de Noreña y con la apertura del tramo Pinzales-Carbayín, de la línea Gijón-Sama que se completó el 12 de julio de 1856.

    Pronto, lo que estaba llamado a ser una estación más de la red se convirtió en nudo ferroviario el 13 de noviembre de 1891, cuando la compañía de los Ferrocarriles Económicos de Asturias abrió el tramo Oviedo-Infiesto de una línea que acabaría expandiéndose hasta Santander.

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