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31 diciembre 2014

 

Pesadilla gélida en el tren a Galicia

Más de doscientos viajeros que hacían el recorrido desde la capital catalana pasan la noche sin luz ni calefacción en un convoy averiado en medio de Castilla

24 de diciembre de 2014

 

Los viajeros que llegaron a Vigo (izquierda) y A Coruña (derecha) estaban cansados, enfadados y con muchas ganas de encontrarse con sus familias. XOAN CARLOS GIL / EDUARDO PÉREZ

 

«Esto es una pesadilla, desde las ocho y veinte de la tarde de ayer de viaje». La mujer se baja del tren en la estación de Monforte con su hija de la mano. Van con prisa porque no quieren perder el autobús que tiene que llevarlas a Lugo, el final de su trayecto. Ellas y el resto de los 240 pasajeros del tren hotel nocturno Barcelona-Galicia están a punto de terminar un recorrido que se les ha hecho interminable. Dos averías consecutivas los dejaron colgados de noche y durante casi siete horas en los páramos helados de Burgos y Palencia, sin luz ni calefacción.

Según la información facilitada por Renfe, el tren se paró por primera vez a las tres y veintiocho minutos de la madrugada en el municipio burgalés de Villaquirán. Algo había pasado con la catenaria, la estructura que proporciona electricidad a los trenes. Renfe apunta a las «adversas condiciones climatológicas», aunque las razones están siendo investigadas. «A mí me despertó el silencio, porque no avisaron de nada», cuenta Ana María Díaz Gallego, que venía de Barcelona hacia Sarria con su hija Ana Campos. «Sen luces, un frío brutal, os lavabos sen auga...», completa la descripción Manuel Manteiga, un lucense residente en Barcelona al que sus familiares fueron a buscar a Monforte para llevárselo en coche y ahorrarle el tramo final en autobús. El personal del tren explicó que se había estropeado la máquina y, a falta de otro remedio mejor, les repartió mantas.

A eso de las siete y media llegó desde Miranda de Ebro una máquina de repuesto y a las ocho menos diez el tren reinició su marcha, pero a velocidad reducida. Eso hizo temer a algunos que el problema no estaba resuelto de todo. «Un tren que vai a douscentos por hora non pode ir a sesenta ou setenta», razona Manteiga.

El enfado sube de tono

Efectivamente. Cuatro minutos antes de las nueve de la mañana el tren se paraba otra vez en algún lugar de Palencia, entre Paredes de Nava y Villalumbroso. Volvía a fallar la catenaria y subía de tono el enfado de los viajeros, entre los que había familias con niños y personas mayores. Dos horas después, Renfe les enviaba un tren de media distancia fletado para sacarlos de allí.

Ya no habría más averías, pero esta segunda mitad del trayecto acabó de indignar a los afectados. «A partir de ahí todo fue mal», dice Iago Velo Serantes, un chico de A Coruña que viajaba con su novia desde Barcelona. El tren que los rescató, de solo tres vagones, era mucho más pequeño que el suyo y no tenía asientos para todos. «Yo estuve de pie cuatro o cinco horas, las maletas por el suelo... fue horrible», resume Iago Velo. Pronto se empezaron a formar largas colas en el único baño que conservaba papel.

A las cinco y cuarto de la tarde, unas seis horas después del transbordo en Palencia, los viajeros llegaban a Monforte. Los que iban hacia el norte tuvieron que bajar y seguir viaje en dos autobuses. Los demás continuaron hasta sus destinos en el tren de media distancia, ya con asientos para todos.

Los viajeros que iban hasta A Coruña llegaron allí a las siete y media. Los de Vigo tuvieron que esperar hasta las nueve menos cuarto. El tren nocturno Barcelona-Galicia es el trayecto de más duración que se puede hacer con Renfe. Entre la capital catalana y A Coruña, el tiempo normal de viaje son cerca de quince horas. Los viajeros de ayer batieron récords. Veintitrés horas los de A Coruña y casi veinticinco los de Vigo. En todo ese tiempo les dieron dos magdalenas y zumo por la mañana y un bocadillo de mortadela y una botella de agua al mediodía. Nada para celíacos, o para personas con tratamientos médicos incompatibles con chutes de hidratos de carbono -que alguno había entre el pasaje-.

Les regalan un viaje

Así que al llegar a los viajeros les podía el cansancio, pero los familiares que los esperaban rebosaban indignación. Muchos reprochan a Renfe falta de información. La viguesa Irene Álvarez pudo avisar a primera hora de la mañana a su padre por whatsapp de que estaban parados «en mitad de la nada» en un sitio de Palencia, pero después se quedó sin batería. Cuando su padre llamó a Renfe, en información llegaron a decirle que el tren llevaba en Vigo desde las doce menos veinte de la mañana, aunque rectificaron en cuanto insistió. Un grupo de afectados han quedado en organizarse para ver si pueden denunciar judicialmente lo ocurrido.

La empresa repartió entre los viajeros una carta de disculpas en la que les ofrece como compensación, además del 100% del coste del billete, un recorrido ida y vuelta gratis entre las dos estaciones españolas que ellos elijan, siempre que lo consuman antes del 31 de marzo. A ver cuántos lo aprovechan. La pontevedresa Eva Reyes ya tiene claro que renunciará incluso a su billete de vuelta. «Volveré en avión», asegura.

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