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12 diciembre 2014

ACS se sube al AVE de California

La autoridad ferroviaria anuncia la adjudicación provisional de un tramo de 100 kilómetros por 1.200 millones de dólares a un consorcio participado por su filial Dragados

Un consorcio en el que participa la española Dragados, filial de ACS, ha sido seleccionado como la mejor oferta por la autoridad ferroviaria de California para construir el segundo tramo del tren de alta velocidad en ese estado. El contrato es para el diseño y construcción del tramo de 104 kilómetros entre las localidades de Fresno y North Bakersfield, en el Valle Central de California. Se trata del primer contrato obtenido por una empresa española en un proyecto que destaca por ser la infraestructura civil más grande que hay en marcha en Estados Unidos.

 

El coste estimado de la obra está entre 1.500 y 2.000 millones de dólares (entre 1.200 y 1.600 millones de euros). La oferta presentada por Dragados, Flatiron y Shimmick lo rebaja a 1.200 millones (unos 970 millones de euros), por lo que la autoridad ferroviaria lo considera el “mejor precio”. Las propuestas fueron evaluadas en un 30% por sus méritos técnicos y en un 70% por su coste. La decisión fue anunciada el jueves por la tarde (madrugada en España) y será sometida a votación en el Consejo de Administración en las próximas semanas.

El concurso se inició en octubre de 2013 y se presentaron cinco consorcios. De ellos, tres llegaron al final, y los tres con empresas españolas. En uno estaba Dragados, en otro OHL y en otro Ferrovial. Las tres empresas se quedaron fuera en el primer concurso, un tramo de 46 kilómetros entre las localidades de Madera y Fresno que ya está en construcción.

El tren de alta velocidad de California es el primero de sus características en Estados Unidos. Se prevé que cueste 65.000 millones de dólares y cuando esté terminado, en 2029, unirá las ciudades de San Francisco y Los Ángeles (600 kilómetros) en 2 horas y 40 minutos. Hoy se tarda entre seis y ocho horas en coche. En avión es una hora.

El proyecto se paga con fondos federales, y estatales provenientes de impuestos medioambientales. A pesar de haber comenzado ya su construcción, la polémica por el gasto rodea el proyecto y el Partido Republicano ha prometido detenerlo si llega a gobernar.

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