TRENEANDO

Festival de locomotoras en Azpeitia

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¿Alguien puede superar este festival? Desde luego que está al alcance de muy pocos. Y es fruto del trabajo bien hecho de un grupo de entusiastas. Los Amigos del Museo Vasco (BML) con Juanjo Olaizola y Mercedes García a la cabeza trabajan por conseguir que el Museo del Ferrocarril de Azpeitia sea un referente en el mundo ferroviario y a fe que lo consiguen. Como prueba, el festival que ofrecieron ayer con el movimiento de media docena de máquinas que dejaron boquiabiertos a los aficionados al ferrocarril.

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El Museo Vasco del Ferrocarril celebraba ayer su vigésimo aniversario con una jornada especial, en la que destacó la puesta en marcha de cinco vehículos de tracción vapor, con los que se efectuaron varias circulaciones de viajeros en la línea de Azpeitia a Lasao, así como otros movimientos por la playa de vías del museo.

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La salida de los trenes históricos en servicio de viajeros se efectuaron a las 11.30 horas. El automotor diésel-eléctrico Allan 301 de los Ferrocarriles Portugueses (1853)) trasladó a un nutrido grupo de visitantes hasta Lasao. Tras una breve espera llegó hasta allí la locomotora de vapor ‘Portugal’ (1913), que en un simulacro de avería remolcó a la diésel hasta la estación de Azpeitia.

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Los esforzados ferroviarios llevaron ‘la Portugal’ hasta la aguada, donde cargó el sufuciente líquido para emprender de nuevo la marcha, aunque en esta ocasión fue la vaporosa quien encabezó el convoy con dos coches de tercera clase del antiguo Ferrocarril del Urola.

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También la locomotora de vapor ‘Aurrera’ (1898)) y la locomotora de vapor ‘Zugastieta’ (1888) salieron en sendos recorridos vespertinos remolcando algunos de los coches del museo, mientras ‘la Espinal’, construida por Robert Stephenson en 1887, realizaba circulaciones por el interior de las instalaciones de Azpeitia, y la grúa de vapor Grafton (1920), única en su género, intentaba desarrollar algunas de las maniobras de carga.

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El tranvía del museo también transportaba a los viajeros hasta cocheras en varias circulaciones interiores, mientras los visitantes fotografiaban cada palmo del museo. Todo en un ambiente muy ferroviario donde no podían faltar los revisores, que ‘picaban’ en cada viaje los billetes de los viajeros.

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También en esta jornada festiva se inauguró una nueva exposición temporal de fotografías históricas en el edificio de cocheras. Se trata de un conjunto de imágenes tomadas en Azpeitia y otras localidades del entorno durante la última década del siglo XIX por la familia Arana (Maeztu, Álava), todas ellas inéditas y de gran interés histórico.

Una jornada completa. Y un éxito del Museo Vasco del Ferrocarril y del BML que merecen un reconocimiento especial por su afán en conservar, reparar y hacer funcionar estas joyas ferroviarias de gran valor histórico. Zorionak!

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