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28 agosto 2014

Estaciones españolas en las que no te importará perder el tren

Día 27/08/2014 - 01.02h
 

Entre los siglos XIX y XX, la Compañía del Norte levantó algunas de las estaciones de ferrocarril más conocidas de España, gracias a sus imponentes líneas arquitectónicas

 

1Estación Norte de Valencia

Estaciones españolas en las que no te importará perder el tren
turismo de valencia
La estación del Norte de Valencia es una de las más icónicas de la geografía española

 

Es posible que James Watt no tuviese ni idea de la importancia de su invento cuando, en 1769, presentaba la primera locomotora a vapor. Sin embargo, ese fue el germen de un furor internacional por el ferrocarril que ha durado hasta el presente, momento en el que el tren sigue siendo el favorito de muchos viajeros, incluso por encima del avión.

No se sabe si es por su idea romántica o su comodidad, pero lo cierto es que viajar en tren es un placer para los sentidos, llegando incluso a desear que el viaje nunca se termine. Claro que, a veces, el destino iguala en belleza al trayecto.

Es el caso de las conocidas como Estaciones del Norte, grandes joyas del siglo XIX construídas bajo la sombra de la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España, o simplemente «Norte», una empresa de ferrocarriles española que llegó a ser la más importante del país hasta su nacionalización, en 1941, cuando pasó a conocerse como Renfe.

Muchas de estas Estaciones del Norte vivieron su época de gloria entre finales del XIX y principios del XX, algunas fueron abandonadas y restauradas de forma reciente, mientras que otras siguen siendo el eje principal de su ciudad. Pero si algo tienen en común son su importancia arquitectónica, que las convierte en ocasiones en los edificios más bonitos de su ciudad.

Estación Norte de Valencia

Sustituta de una anterior, la Estación Norte de Valencia comenzó sus obras en 1907, siendo de las más jóvenes. El diseño de su cubierta corrió a mano del ingeniero Enrique Grasse, quien ideó una gran estructura metálica única sobre los mínimos apoyos.

Sus dimensiones superan a estaciones de capitales europeas como París, Berlín o Viena; ya que ocupa más de 15 mil metros cuadrados de terreno. Un gigante de las comunicaciones en el que destaca su edificio de viajeros, cuya fachada principal da a la calle de Játiva.

Su estilo es modernista, y surgió de un diseño de Demetrio Ribes; fijando toda la intención en el reloj de bronce característico de las estaciones del Norte; así como su remate, un mundo bajo un águila, simbolizando la velocidad.

2Estación del Norte de Barcelona

Estaciones españolas en las que no te importará perder el tren
estación barcelona nord
Su gran cúpula de hierro y cristal recuerda a la fachada de la estación madrileña de Atocha

 

De estación ferroviaria a la estación de autobuses más importante de Cataluña, la historia de la Estación del Norte de Barcelona empezó en 1852, cuando se concedió a la Compañía de Ferrocarril de Zaragoza a Barcelona la concesión para construir una línea entre ambas ciudades. Así, una década después se inauguraba la «estación de Zaragoza» en la ciudad condal, una obra de Pere Andrés Puigdollers.

Sin embargo, en el año 1878 la Compañía de Ferrocarril de Zaragoza a Barcelona fue absorbida por Norte, y la terminal pasó a conocerse bajo el nombre de Barcelona Norte. Ya en el siglo XX, el recinto sufrió varias remodelaciones, incluida una nueva fachada obra de Demetrio Ribes.

Tras el nacimiento de Renfe, la estación del Norte pasó a llamarse Barcelona-Vilanova, pero conservó de forma popular su antiguo nombre. Como curiosidad, cabe añadir que el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 decidió que sería la sede de las pruebas de tenis de mesa.

 

3Estación del Norte Madrid

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centro comercial prÏncipe pío
En la fachada de la estación se observa aún el grabado con su antiguo nombre, estación del Norte

 

La estación Norte de Madrid está intrínsecamente ligada al nacimiento de Norte, ya que supuso el nacimiento de la compañía.

Inaugurada en 1882, suponía la unión entre Madrid e Irún, una línea con la que se quería proporcionar carbón del norte al tejido industrial de la capital. Un camino también conocido como «línea Imperial» que atravesaba localidades como Ávila, Medina del Campo o Vitoria; y que aún a día de hoy sigue siendo la espina dorsal de las comunicaciones férreas del norte del país.

Durante la Guerra Civil Española, su cercanía al frente bélico la dejó aislada de la Resistencia de Madrid, recibiendo numerosos impactos de artillería que forzaron su reconstrucción posterior.

Aún así, la que fuera reina del ferrocarril en la capital, perdió su fama tras la llegada de Atocha y Chamartín, y vio cómo se trasladaban todos sus servicios salvo los trenes de cercanías. Actualmente, bajo el nombre de Estación de Príncipe Pío, es también hogar de un inmenso centro comercial.

 

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