TRENEANDO

El ecomuseo y tren de Samuño abre las puertas hoy con expectativas muy altas para la temporada

15 junio 2013

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El gran día. Por fin. El Ecomuseo y el tren minero del valle de Samuño abrirán sus puertas este sábado. La puesta de de largo de este proyecto cierra un largo periodo de trabajo cercano a los dos años y acaba con muchas incertidumbres. Cuando lleguen los primeros visitantes a la estación de El Cadaviu, se dará el pistoletazo de salida a una campaña en la que Langreo ha puesto grandes esperanzas. El ayuntamiento y los promotores de la idea confían en que las antiguas instalaciones mineras, otrora febriles en la extracción de mineral, atraigan a miles de visitantes a esta aventura turística y promocional de este valle asturiano.

El recorrido en el Ecomuseo comienza en la estación de tren de El Cadavíu, donde el visitante se topará con una exposición de fotografías que comparan cómo era el valle de Samuño cuando funcionaban todos sus pozos mineros, y cómo es ahora. Tras pasar los tornos, el espectador se sube al tren que le transportará al interior de las galerías. Un audio explica las zonas por las que se pasa: al principio el túnel y la bocamina La Trechora, para luego llegar, después de casi un kilómetro de recorrido, al socavón Emilia y al túnel por el que se accede a la zona del pozo Samuño, que estuvo en funcionamiento hasta el último día del año 2001. Tras un kilómetro bajo tierra (es el mayor recorrido ferroviario por una mina real existente en España) se llega al pozo San Luis de La Nueva, a una profundidad de 32 metros. Tras subir por un ascensor, se sale por el castillete del pozo. Una vez allí, un guía encabeza la visita a las instalaciones, en las que destaca el taller, con sus locomotoras rehabilitadas, y la magnífica sala de máquinas de las instalaciones mineras.

El tren turístico de Samuño dispone de dos locomotoras modelo DLP 50F y cinco vagones (fabricados en la República Checa) que circulan por el viejo ramal del ferrocarril de Carbones de La Nueva. Los convoyes pueden trasladar a un máximo de 58 personas por viaje y dispone de un espacio habilitado para personas con discapacidad. Seis kilómetros por hora es la velocidad a la que circula por motivos de seguridad, aunque puede alcanzar los 20 kilómetros. Los primeros metros del itinerario permiten disfrutar del paisaje y acercar a los turistas al pozo Samuño donde pueden ver el túnel y la bocamina de La Trechora. Allí se entra en el socavón Emilia, una galería construida en 1904.

La experiencia bajo tierra deparará sorpresas y ruidos desconocidos provocados por el agua subterránea, además de un brusco descenso de las temperaturas al llegar a los 32 metros bajo tierra. El viaje concluye en la primer planta del pozo San Luis, donde se accede a la ‘jaula’para desde allí salir a la superficie. Tras recorrer el entorno de San Luis y el pueblo de La Nueva, el tren retorna a la estación de El Cadavíu. La visita dura en torno a dos horas.

El Ecomuseo del Valle de Samuño tiene todo para enamorar a sus visitantes. Sus gestores recuerdan que «es un museo vivo que esperamos que siga creciendo con nuevos contenidos». Algo que aseguran muy bien los expertos que ya lo conocen. Desde el Museo del Ferrocarril de Gijón explican que «tiene muchas posibilidades y muestra una historia que se debe mantener en el recuerdo».

El tren minero es sin duda el principal reclamo del Ecomuseo de Samuño, un proyecto que ha supuesto un coste superior a los 6,5 millones de euros. Las previsiones municipales apuntan a que la cifra máxima anual de visitantes llegue a 24.000 personas al año, aunque se consideraría «satisfactorio» alcanzar el 60 ó 70% de esa cifra. Los dos días en el que el Ecomuseo estuvo abierto de forma gratuita -sin viaje en tren- pasaron por el mismo mil personas. Los visitantes serán sin duda la mejor publicidad para este importante proyecto turístico langreano, el mayor de los últimos años en las comarcas mineras.

Las perspectivas para la apertura son son buenas. La alcaldesa, María Fernández, apunta que el proyecto está al menos «levantando expectación», ya que existe «un interés claro de la gente en verlo funcionando». La mayor parte del millar de personas que pasó el fin de semana por el valle de Samuño llegaron, además, de zonas de Asturias que no tienen relación con la minería. «Pese a que el tiempo no acompañó, porque llovió buena parte del fin de semana, y a que el tren no se movía y lo que se mostraban eran las instalaciones de El Cadavíu y La Nueva, la verdad es que hay que hacer una lectura bastante positiva del número de personas que se interesaron por el proyecto», indicó María Fernández.

Al millar de personas que pasó por el Ecomuseo en el fin de semana se unieron, el lunes, dos visitas de guías, operadores y representantes turísticos de la región. Tamnbién han pasado por las instalaciones personas ligadas al tejido asociativo de la comarca, así como representantes de los centros educativos del concejo de Langreo. María Fernández indicó que, ante la apertura del Ecomuseo, «tenemos la preocupación lógica del estreno, del primer día. Pero estos días nos han servido para saber que al menos hay interés y curiosidad con el proyecto».

La intención del Ayuntamiento de Langreo es, en esta temporada estival, tener funcionando de forma permanente el equipamiento. Están previstas seis salidas del tren diarias: 10.30, 11.30, 12.30, 16.30, 17.30 y 18.30 horas. La alcaldesa indicó que de momento, el museo va a ayudar a generar cuatro nuevos puestos de trabajo, dos de los maquinistas y responsables de los trenes, y dos de los guías que estarán en el pozo San Luis.

El servicio permanecerá abierto a lo largo de todo el verano, hasta el 15 septiembre, de forma ininterrumpida (salvo los martes). Las tarifas se han rebajado a la mitad, ya que de los 20 euros establecidos en un principio como precio de partida para los billetes convencionales se ha pasado a los 10. Este precio, sin embargo, aparece como promoción de apertura en la tarjetas repartidas por el Ayuntamiento de Langreo.

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