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4 abril 2013

El peso de la alta velocidad en la larga distancia crecerá más en Europa que en España hasta el final de la década

El tren comienza a perder cuota y poder pese a la apertura de nuevos AVE y las bajadas de precio

El fuerte recorte de inversión logra detener por primera vez la espiral de endeudamiento de Adif y AENA

Jorge Chamizo.– La red de alta velocidad de España es una de las mejores del mundo y también una de las menos utilizadas de Europa. Pese a sus altas prestaciones, el tren no va a ser precisamente el protagonista de la movilidad de larga distancia en España en los próximos siete años. Ni la apertura de nuevos tramos ni la nueva y agresiva política de precios va a facilitar que su cuota de mercado y su protagonismo mejoren ante otros modos, como el avión, el vehículo particular o el autobús. Esa política expansiva de España en infraestructuras de alta velocidad, así como en aeropuertos, ha provocado una espiral de endeudamiento en los entes que gestionan cada red: Adif y AENA. El fuerte recorte del gasto y de nuevas obras en los últimos meses ha logrado detener esa tendencia. AENA ha cerrado el año 2012 con una deuda financiera de 12.200 millones y Adif, de 10.500 millones.

El parón en la inversión coincide con la congelación del desarrollo del tren en España. El número total de viajes de larga distancia por ferrocarril está detenido y prácticamente será el mismo que ahora en 2020, según un amplio estudio realizado por la central de viajes Amadeus. Frente a los 37,8 millones de viajes de larga distancia registrados en 2011, en 2020 se registrarán en España 38,4 millones, según el citado informe. Un pírrico crecimiento, inferior al que previsiblemente registrará el mercado, según distintos expertos. El dato es más llamativo si tenemos en cuenta las enormes inversiones que se han realizado en la red de alta velocidad y en nuevos trenes de altas y medias prestaciones.

La cifra tampoco dice mucho de los frutos que puede generará el proceso de liberalización del transporte de viajeros de larga distancia por ferrocarril, previsto por el Gobierno para julio de este año, el cual se abordará, dicho sea de paso, con bastantes restricciones para los operadores entrantes.

Dentro de ese discreto rendimiento global, la alta velocidad se convertirá en el rey del transporte por ferrocarril en nuestro país. En 2020, 22 millones de viajes, es decir, el 57% de la movilidad total en grandes distancias ferroviarias se canalizara a través de servicios de alta velocidad, frente a los 17 millones de viajes de 2011, cifra que representó el 45% del total. Sin embargo, este crecimiento de la larga distancia en alta velocidad será inferior en España a la media europea.

Según el estudio, titulado The Rail Journey to 2020 (El viaje en tren en 2020), el sector ferroviario evolucionará en el conjunto de Europa a marchas forzadas debido a la convergencia de diversos factores, como la esperada liberalización, un mayor grado de competitividad o la creación de nuevos centros de conexiones (hub) multimodales. Precisamente la Unión Europea pretende impulsar este tipo de infraestructuras para mejorar la congestión del tráfico aéreo. Y es que, en la actualidad, sólo 14 aeropuertos ofrecen conexionescon trayectos de tren de larga distancia o alta velocidad, como el Charles de Gaulle (París) o el Aeropuerto Internacional de Frankfurt y Schiphol (Amsterdam).

La liberalización totaldel transporte ferroviario, cuyo desarrollo están estudiando los Veintisiete, significará, supondrá que a partir de 2019 cualquier empresa podrá ofrecer servicios nacionales de transporte de viajeros por tren en toda la UE. Entrarán más operadores en el mercado, lo que incrementará la competitividad. La concurrencia de participantes será limitada hasta 2015.

De los 1.358 millones de viajeros en tren de larga distancia que se alcanzarán en 2020 en Europa, el 34% (461 millones) utilizará servicios de alta velocidad. Respecto a 2011, cuando estos servicios representaron el 28,5% (320 millones) del total, la estimación indica que el tráfico ferroviario de larga distancia-alta velocidad crecerá un 44% hasta 2020, es decir, un crecimiento medio anual del 6% durante los próximos siete años. No obstante, este ratio de crecimiento será inferior en el Viejo Continente al ritmo de progresión que experimentarán los viajes en tren de larga distancia-no alta velocidad (12%). Justo lo contrario de lo que pasará en España, donde el peso relativo de la larga distancia no convencional retrocederá de forma relevante.

Además, la liberalización totaldel transporte ferroviario nacional de pasajeros a partir de 2019 estará marcada por las compañías ferroviarias dominantes en su interés por expandir sus operaciones en el extranjero. Los nuevos partícipes se enfocarían en operar rutas muy selectas y entre los mejores pares de ciudades europeas. Un caso ya existente es la ruta Roma-Milán que es operada por la estatal Trenitalia y el operador privado NTV.

Más líneas

En paralelo, la progresiva construcción de las nuevas líneas de alta velocidad, permitirá a la industria ferroviaria aprovechar esta ventaja competitiva e impulsar significativamente sus volúmenes de pasajeros transfronterizos, posicionándose especialmente como alternativa al avión. Este aspecto resulta muy relevante teniendo en cuenta que, en Europa, las principales ciudades suelen estar a una distancia inferior a los 700 km, lo que corresponde a un viaje de alrededor de 3 horas en línea de alta velocidad.

Se estima que la alta velocidad en Europa crezca en 5.000 kilómetros hasta 2020 -desde los 11.000 km existentes en 2011 hasta los 16.000 km-. España, Turquía, Rusia, Francia y Alemania liderarán el desarrollo de esta infraestructura; así por ejemplo, España construirá cerca de 1.700 nuevos km y Rusia finalizará la ruta Moscú - San Petersburgo, que representará más de 650 nuevos km.

Transporte intermodal

La UE pretende también impulsar el transporte intermodal para mejorar los niveles de congestión del tráfico aéreo y mejorar las conexiones, lo que supondrá nuevas oportunidad para las compañías ferroviarias para competir en el mercado y para crecer. A través del programa Trans-European Transport Network (TENT-T), la UE pretende apoyar la introducción de centros multimodales en 37 aeropuertos para 2030.

En línea con la tendencia anterior,se impulsará la cooperación entre el sector ferroviario y el aéreo, así como entre las propias compañías de tren.La experiencia de viaje más eficiente, cómoda y fluida para el viajero se traducirá en un aumento sustancial de los volúmenes de pasajeros.

Esa política expansiva de España en infraestructuras de alta velocidad, así como en aeropuertos, ha provocado una espiral de endeudamiento en los entes que gestionan cada red: Adif y AENA. El fuerte recorte del gasto y de nuevas obras en los últimos meses ha logrado detener esa tendencia.

De esta manera AENA ha cerrado el año 2012 con un nivel de deuda financiera de 12.200 millones, tras dos trimestres consecutivos a la baja por primera vez en su historia reciente, mientras Adif la ha mantenido casi congelada en los 10.500 millones por primera vez desde que fue creado este organismo.

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