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(02/04/2013) La locomotora de vapor 030-0221 ha sido cedida por la Fundación de los Ferrocarriles Españoles a la empresa riojana Bodegas Muga, bajo la fórmula de cesión temporal, para su restauración y exhibición pública en un jardín frente a la fachada de estas bodegas jarreras. La empresa vinícola ha querido hacer este homenaje al ferrocarril, la herramienta clave para que los caldos riojanos pudieran trasegarse de manera rápida hacia los mercados europeos cuando, a mediados del siglo XIX, la epidemia de la filoxera acabara radicalmente con los viñedos bordeleses. La Rioja se reveló como un espacio privilegiado para atender la demanda de estos caldos y el ferrocarril la pieza clave para su transporte. Esta alianza potenció estas comarcas y ciudades que, como Haro, vieron como en torno a su estación se arracimaran bodegas, aprovechando esta localización cercana a los raíles.
Rescate y restauración
La celebración este año de la VI edición de La Rioja Tierra Abierta fue el marco para presentar la restauración estética de esta locomotora, que desde hacía varias décadas había estado localizada en el campus de la Universidad de Alcalá
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La locomotora en su última ubiación en Alcalá de Henares.
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de Henares. La construcción del apeadero de la Universidad de Alcalá propició la instalación de esta máquina en 1978 en su nuevo campus. La máquina 030-0221 construida en 1889 en Lieja (Bélgica), perteneció en sus orígenes al Ferrocarril Torralba Soria. Bautizada como L. Aguirre, en honor a Lorenzo Aguirre, presidente de la Junta Gestora de Ferrocarriles de Soria.
Tras su traslado a Alcalá de Henares, los pequeños plantones de pinos que se pusieron en su alrededor, generaron al cabo de 35 años un denso bosquete que ocultó la máquina de la vista de todos. Durante estas tres décadas la universidad mantuvo en aceptable estado la máquina, pero en los últimos años el nivel de atención fue bajando y el vehículo presentaba un cierto nivel de deterioro. Es una pequeña máquina, de 8,5 metros de longitud y cuatro de altura y ancho ibérico. De toda la serie a la que perteneció (locomotoras 30 a 34) sólo subsisten dos: ésta y la número 30, ubicada en pedestal en la ronda del Ferrocarril de Miranda de Ebro (Burgos).
La doble circunstancia de su incipiente degradación y el interés de Muga en homenajear al ferrocarril propiciaron la cesión de esta máquina a la empresa riojana. La bodega asumió la completa tarea de sacar la máquina del bosque, trasladarla hasta Haro y afrontar una rápida restauración con el asesoramiento del departamento de Conservación del Museo del Ferrocarril de Madrid, en cuya colección está integrada esta máquina.
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Ana Pastor preside la inaguración del monumento al ferrocarril.
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Bodegas Muga, por su parte, meses atrás ya había concluido los trabajos de recreación de un par de vagones fudre de transporte de vino. Para ello había adquirido sendas plataformas ferroviarias, sobre las cuales había situado dos enormes toneles que usaban para el transporte de vinos. Estos dos vagones han sido acoplados a la locomotora, recreando un tren de mercancías sobre un tramo de vía montado en la fachada de la bodega, en un viario público. La empresa, además de estos primeros trabajos, ha rubricado el convenio de cesión, el cual la obliga a conservar en perfecto estado máquina.
La presentación de dicha máquina y sus vagones de acompañamiento tuvo el máximo nivel, ya que fue la propia ministra de Fomento Ana Pastor, la que presidió la ceremonia de inauguración. Junto a ella estaban el presidente regional Pedro Sanz y otras autoridades locales y regionales, además del director del Museo del Ferrocarril de Delicias, Carlos Abellán, a cuyos fondos sigue adscrito este material ahora en cesión temporal merced al convenio suscrito el pasado mes de febrero entre la Fundación y la empresa bodeguera.
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La locomotora ya restaurada, al frente de los dos vagones con cubas, en Haro.
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U n fudre en el Museo de Delicias
En el convenio que permitió la recuperación de esta máquina se estableció que una enorme cuba fudre, similares a las dos que se han restaurado para el monumento al ferrocarril jarrero, se enviara para su cesión definitiva a los fondos del museo madrileño. Así, el pasado 7 de marzo llegó al museo en un transporte especial esta inmensa cuba, la cual ha quedado expuesta provisionalmente en las vías exteriores del Museo.
Los fudres se utilizaron, además de en las bodegas, también para el transporte del vino por ferrocarril. En un primer momento el transporte de la tonelería se realizó mediante la carga directa en vagones de bordes bajos, aunque posteriormente, y sobre todo por seguridad (para evitar robos del caldo en ruta), el transporte se realizó en cubas fijas dentro de vagones cerrados, adaptados a las dimensiones de éstas. Estos vehículos se llamaron vagones cubas o vagones fudre. El espacio interior estaba acondicionado para una o para dos cubas. El modelo de vagón fudre cerrado puede admirarse perfectamente restaurado en el Centro de Intepretación del Ferrocarril de Cariñena.
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El fudre expuesto en Cariñena.
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El que se expone ahora en el Museo vino de Francia y es de roble francés. Tiene una capacidad de 17.000 litros y se utilizó para el traslado de vino, que se tenga constancia, al menos entre 1885 y 1920, aunque también sirvió para almacenar los caldos en la bodega. A corto plazo esta cuba se dispondrá sobre una plataforma ferroviaria para recrear de manera más fiel el transporte de estos productos en tren. |
