Con las cumbres de la Sierra de Guadarrama de fondo, el río homónimo a un lado y las vías del tren de la estación de La Navata al otro, El Tablao goza de una ubicación privilegiada. Es uno de los restaurantes más populares del noroeste madrileño (con un hermano en Moralzarzal) y se pone hasta la bandera, un día sí y otro también. Está especializado en cocina andaluza y vive con la alegría metida en el cuerpo. Como su propietario, Blas López, que lleva la hostelería en los genes y le sobran ganas para pegarse madrugones en busca del buen género.

«A las 2.30 horas me levanto para ir a Mercamadrid a por el pescado, la carne, lo que haga falta, así puedo garantizar una buena materia prima», dice Blas. Es una de las fórmulas que manejan aquí, además de precios asequibles y raciones imponentes. Por eso, hasta su comedor viene gente desde la capital incluso en Cercanías. Llegan, caminan medio minuto desde el andén hasta la entrada, comen y hasta la próxima. «Ayer dimos 140 comidas entre menús y carta», cuenta López. "Vienen clientes de todas partes: de los pueblos de alrededor, de Madrid...».

El Tablao es un negocio familiar de varias generaciones. Tiene tantos años que ni su dueño lo sabe con certeza. «Yo nací en esta casa. Siempre fue un restaurante. Cuando vivían mis abuelos alquilaban habitaciones a gente que se acercaba para pescar, bañarse... No recuerdo cuándo empezó, pero vamos, que puede tener 100 años». Blas siempre colaboró con los quehaceres familiares. En el año 96 cogió las riendas y junto con su socio, Francisco Sánchez, le dieron un giro flamenco.

Su atmósfera es muy festiva. Los viernes y sábados ponen velas en las mesas, cantan la salve rociera, «y se forma un ambientazo de la leche», señala el propietario. En ocasiones especiales hay música en vivo. Tienen espacio para acoger celebraciones, comidas de empresa, reuniones familiares. Además, sirven a toda pastilla, un dato importante para atender con eficacia a las casi 300 personas que se pueden juntar un sábado cualquiera.

En la entrada disponen de una zona de barra con los clásicos toneles para apoyar las viandas. En varias alturas, dos grandes salones y otro más pequeño, además de dos terrazas exteriores. Todo con grandes cristaleras que inundan de luz las plantas colgantes, arcos de ladrillo, pinturas de la marisma del Rocío, azulejos, farolillos y esa estética de los patios andaluces. Un escenario perfecto para entregarse a los placeres gustativos.

«Puedes comer pescadito frito, marisco cocido o a la plancha, también carnes... Es un concepto muy divertido", señala Blas. Tienen rocieros (panecillos tostados con jamón ibérico, anchoas, boquerones...), sugerencias semanales, según mercado, como el arroz caldoso con rabo de toro, los tirabeques a la sartén con chipirones, de los que pueden despachar hasta 12 kilos por semana, o los mejillones a la plancha, otro de sus platos estrella y, por supuesto, un generoso menú del día de martes a viernes.

Cambia a diario, con cuatro primeros y cuatro segundos y admite otras propuestas de cocina como cocido madrileño, corvina a la plancha o risotto.

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EL TABLAO. Carretera de La Navata, 170. Renfe: La Navata. Tlf: 91 8584635. 'www.eltablao.es'. Horario. De martes a domingo de 11.00 a 00.00 horas. Cierra los lunes. Precio menú: 12,50 euros.