diaridetarragona.com

12 febrero 2016

En 75 años, Renfe sólo ha aportado el AVE al mapa ferroviario tarraconense

Franco nacionalizó todas las líneas de tren de ancho ibérico en 1941. Desde entonces, la compañía estatal aún ha eliminado trazados

 

 Publicado: 21:54 - 10/02/2016

 
 
 
 

 

El enésimo caos producido en Rodalies el martes pasado no sólo ha generado indignación entre los usuarios –desgraciadamente acostumbrados al desastre ferroviario– y la consabida polémica política entre Generalitat y Gobierno central. También ha puesto en entredicho la política de conservación y mantenimiento de Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias).

Este mes de febrero se han cumplido 75 años de la fundación de Renfe. El dictador Francisco Franco promulgó un decreto por el cual nacionalizaba todas las líneas férreas españolas. Era la Ley de Bases de Ordenación Ferroviaria y de los Transportes por Carretera, que, en su base primera, establecía que «se adelanta al día primero de febrero de 1941 la consolidación de la plena propiedad por el Estado de todas las líneas férreas españolas de ancho normal, de servicio y uso público, explotadas por Compañías concesionarias». Quedaban fuera de la nacionalización los carrilets –como el de Reus a Salou–y los tranvías urbanos o interurbanos.

El objetivo de la norma era restablecer el servicio ferroviario, destrozado por la Guerra Civil y que ya era deficitario desde antes de la contienda, lo que provocaba un pésimo servicio, con retrasos y continuas interrupciones. Algo que, tres cuartos de siglo después, tampoco ha mejorado en exceso. Aquel decreto citaba expresamente «el lamentable servicio que el público padece y la carencia de capacidad económica de las Compañías».

Durante la guerra, las compañías en manos de los sublevados siguieron en propiedad privada pero su gestión la asumió el Ejército. En la zona republicana, los ferroviarios disolvieron los consejos de administración y asumieron el control de las empresas. Los capitostes del ferrocarril huyeron a zona franquista.

Gran parte de la red ferroviaria española y catalana se había construido en el siglo XIX, como puede observarse en el mapa superior, elaborado por uno de los gurús del mundo ferroviario y presidente de la Associació per a la Promoció del Transport Públic, Ricard Riol Jurado, en el año 2000. No incluye el AVE, que aún no había llegado a Catalunya.

La creación de Renfe sirvió para mejorar las líneas, así como para electrificarlas e incrementar su seguridad, pero no para trazar nuevas –así lo aconsejó en 1962 un informe del Banco Mundial–. La excepción fue la línea Tortosa-La Pobla de Hijar. El tramo inicial se había inaugurado el 18 de octubre de 1882, aunque no fue hasta septiembre de 1942 cuando pudieron circular los trenes entre Alcañiz y Tortosa, pero hoy ya está cerrada. Y también el tramo conocido como la variante del Ebro entre Ulldecona y la estación de L’Aldea-Amposta-Tortosa, en 1996.

La otra novedad es el AVE, que entró en funcionamiento en Tarragona el 18 de diciembre de 2006. Y actualmente está en construcción el nuevo trazado del corredor del Mediterráneo, una obra eterna para la que no existe plazo para su entrada en funcionamiento.

Por lo tanto, en 75 años de vida Renfe no ha aportado nuevas líneas al mapa ferroviario tarraconense a excepción del AVE. La apuesta por la Alta Velocidad es una crítica recurrente de las plataformas en defensa del transporte público que creen que las Cercanías y otro tipo de trenes –como los Regionales– salen claramente perjudicados. Las administraciones se cruzan acusaciones mientras el perjudicado es el usuario.

Riol resalta que el transporte férreo «ha mejorado mucho: se han unificado vías para ir directamente de Barcelona a Valencia sin transbordo, se han instalado sistema de electrificación y bloqueo, hay doble vía...», pero también se han cerrado líneas como la Reus-Roda en 1992, la variante de l’Aldea, «que dejó sin servicio la vía Tortosa-Ulldecona» y la mencionada Tortosa-La Pobla de Hijar en 1973. En Barcelona sí que se han puesto en marcha nuevas líneas como la del aeropuerto o el by pass Mollet-Papiol.

 

Tarragona-Reus, en 1856

La línea más antigua de la demarcación es la que unió Reus con Tarragona ya en 1856. El capital que sirvió para su construcción no procedía ni de Reus ni de Tarragona sino de un banquero parisiense, Hippolyte Destrein.

Riol alude, al mencionar la «unificación de vías» a que, antes de la creación de Renfe, había diversas compañías cada una de las cuales tenía sus propios sistemas de circulación y señalización (ver información adjunta). Todas ellas quedaron integradas en Renfe, hasta que ésta se dividió, el 31 de diciembre de 2004 en Renfe Operadora y la polémica Adif.

Pin It