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1 diciembre 2015

COGER O PERDER TRENES

COGER O PERDER TRENES

Coger el tren en nuestro idioma es subirse a algo positivo que toma impulso, crecer en definitiva. Entretanto, perder el tren es poco menos que un desastre a la vista porque te ralentizas. Es curioso como hoy se demandan mejoras en los trenes reales que llegan a nuestras estaciones, principalmente tener un AVE, mientras para el conjunto de una región o territorio se habla de su mala situación porque ha perdido el tren del desarrollo, no ha tomado el tren de las comunicaciones, o no se ha subido al tren de la industria y las nuevas tecnologías.

Podríamos hablar de nosotros mismos que es lo más eficaz, aunque ahora el mayor pinchazo lo protagoniza Cataluña, y la mejor (o peor) demostración es que las empresas huyen de esta comunidad porque no están dispuestas a jugarse su futuro en un escenario político y económico tan inestable que sólo habla de secesión e independencia. De todas formas, Cataluña incrementará recursos a medio plazo porque siempre ha sabido reclamar y sacar mayores beneficios dentro de un entorno en el que estar a buenas o a malas con el Estado y sus instituciones también conlleva negociaciones que buscan mayor serenidad y cambio en el discurso político, dicho de otra manera, pasar del soberanismo y la separación de Espala a recibir más dinero del Ministerio de Hacienda para pagar más pronto a las farmacias que dispensen medicamentos a los catalanes.

Cataluña tiene ahora los vagones de su tren de impulso muy tocados y deteriorados, pero también otras regiones, como Cantabria. Nuestra comunidad siempre ha tenido su Espada de Damocles en las malas comunicaciones, por tierra, mar y aire. Esperar mejor futuro cuando aquello que nos conecta con el resto de la península está en avería constante es un sueño. Nos estamos acostumbrando con demasiada facilidad a hablar de que nuestros jóvenes toman las de Villadiego y se marchan. Cuando oigo asegurar que aquí sobran oportunidades y que sólo hay que llegar a tocarlas con los dedos, el nivel de asombro se me dispara. Los años 80 fueron de un gran desarrollo para España, y perdimos el tren. No digamos en los 90, pero tampoco llegamos a coger ese tren. Lo que ha venido tras aquellos años es difícil de simplificar, aunque no ha sido un periodo económico bueno para casi nadie. Deberíamos prepararnos bien para la llegada del próximo ciclo económico bueno. A esto es lo que se le llama coger a tiempo el tren del destino, y luego circular por sus vías a la velocidad correcta para un crecimiento general, tener y encontrar empleo y que nuestros jóvenes logren esas oportunidades reales con las que sueñan, e incluyo trabajar en el lugar donde han nacido y viven.

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