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9 junio 2015

Un viaje en tren por la historia de Avilés

Javier Fernández, director del Museo del Ferrocarril, en un momento de la conferencia de ayer. Javier Fernández, director del Museo del Ferrocarril, en un momento de la conferencia de ayer. / MARIETA

  • Javier Fernández, director del Museo del Ferrocarril, abre el ciclo conmemorativo del 125 aniversario de la llegada del primer convoy

    • J. F. GALÁN

    •  
    • AVILÉS

     

    Javier Fernández, director del Museo de Ferrocarril de Asturias, condujo ayer en el Centro de Servicios Universitarios un recorrido por la historia del tren en la comarca, un trayecto iniciado en 1890, con la llegada del primer convoy a Avilés, en el que los pasajeros, que cubrían más de la mitad de las plazas, pudieron ver no solo la evolución del ferrocarril y los profundos cambios que trajo, sino entender también por qué la actual red es la que es. «Sus raíces son industriales y carboneras. En cambio ahora se usa como transporte de pasajeros, cosa que nunca hubieran imaginado los diseñadores de las primeras líneas. Básicamente los trazados no han cambiado», explicó.

    La ponencia abrió el ciclo con el que el Aula de Cultura de LA VOZ, con el patrocinio de Cafés Toscaf y la coordinación de Armando Arias, conmemora el 125 aniversario de aquel primer convoy, un tren de pasajeros propulsado por una locomotora de vapor que llegó a Avilés procedente de Villabona el 6 de julio de 1890. El ciclo se completa con otras tres charlas, los lunes 15, 22 y 29, impartidas por expertos que ofrecerán miradas desde distintas perspectivas sobre la realidad ferroviaria de la comarca, una mesa redonda, el 6 de julio, también lunes, en la que representantes de los grupos políticos de la nueva Corporación debatirán sobre el futuro del tren en la ciudad y una exposición pictórica firmada por José L. Ibáñez. Su título, 'Trenes'.

    Fernández inició el recorrido en Arnao. «Se sabe que en 1834 había un tren minero, con tracción animal, que daba servicio a la mina. Es una de las líneas férreas documentadas más antiguas de España», señaló.

    «Los diseñadores nunca se habrían imaginado que esas líneas iban a usarse para pasajeros»

    Después realizó paradas en 1855, «cuando se construyó el túnel de San Martín, en Salinas, entonces el más largo de España», y en 1880, cuando 'Eleonore' comenzó a cabalgar entre Arnao y San Juan. «Fue la primera locomotora de vapor que circuló en la comarca». Así llegó al 6 de julio de 1890, el día en que los avilesinos recibieron por todo alto a aquel convoy pionero. «La línea se abrió para ofrecer una alternativa a Gijón como salida del tráfico de carbones, aunque no llegó a San Juan hasta 1994», y el tren «permitió a los avilesinos viajar con comodidad a otras partes de Asturias y a Madrid, trayectos que hasta entonces solo se podían hacer a caballo o en carreta».

    El director del Museo del Ferrocarril de Asturias apoyó su discurso con la proyección de una serie de fotografías, algunas de ellas inéditas, entre las que destacan dos que muestran la estación de Avilés en la primera década del siglo XX, en una de las cuales posa toda la plantilla.

    Los tranvías, los trenes industriales y el 'Carreño' también formaron parte del itinerario. En el primer caso, Fernández aludió a 'La Chocolatera', «un tranvía muy modesto que desde finales del siglo XIX hasta poco antes de la Guerra Civil unía Ávilés con Salinas, impulsando su desarrollo urbanístico. Las locomotoras, de vapor, eran inglesas, y el nombre viene de las chocolateras que se utilizaban entonces, una especie de jarras que echaban mucho vapor».

    A primeros de los años veinte del pasado siglo «nació la Compañía del Tranvía Eléctrico, empresa cuyo primer presidente fue Juan Sitges, que trajo la modernidad. Ser una ciudad moderna requería tener un tranvía eléctrico, y Avilés fue la tercera de Asturias, tras Oviedo y Gijón. Salía de Villalegre, atravesaba la Plaza de España y llegaba a Piedras Blancas por Salinas y el túnel de Arnao. Apenas duró 35 años».

    Vía estrecha

    El Carreño, el ferrocarril de vía estrecha, hasta hace poco FEVE y ahora integrado en Adif, «se llamaba así porque lo puso en marcha la Compañía de Minas de Hierro y del Ferrocarril de Carreño. Iba de las minas a El Musel y los nuevos propietarios, el Banco Urquijo, la prolongaron hasta Avilés para dar servicio a pasajeros. Hasta que llegó a Gijón, ya en los cincuenta, el viaje desde El Musel se hacía en tranvía, por lo que trayecto duraba hora y media». En esos mismos años «se inauguró el tramo Avilés-Pravia aunque la línea Gijón-Ferrol, no se completó hasta 1972, cuando se inauguró el tramo Luarca-Vegadeo». Al igual que la ancha, la vía estrecha se diseñó «bajo las coordenadas de mercancías», incidió.

    De las vías industriales destacó «la de Ensidesa, iniciada en los años cincuenta. «Fue y sigue siendo la línea privada más importante de España. En 1975 se unieron las dos factorías, completando una red de cientos de kilómetros clave en la producción siderúrgica». Fernández no dejó vía sin recorrer. Habló de los ferrocarriles del puerto, del ramal de Cancienes y del apeadero de Cristalería, «de gran importancia para el transporte de arena». También de la electrificación, de la construcción de tramos de doble vía y de la modernización de las trenes.

    El próximo lunes, en idéntico escenario y horario, las ocho de la tarde, el urbanista y arquitecto Javier Fombella impartirá la segunda charla del ciclo, de candente actualidad. Se titula 'Urbanización e integración en la ciudad de Avilés'.

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