DiariodeLeón.es

1 septiembre 2014

último tren a la ‘playa leonesa’

Con el último fin de semana de agosto finaliza también el servicio del tren playero de Renfe, que se ha pasado el verano llevando a los viajeros hasta las costas del Cantábrico: a Gijón desde León o hacia Santander partiendo de Valladolid.

 

30/08/2014

 

Un baño relajante en la playa, horas al sol, paseos por el puerto o una buena mariscada a la orilla del mar… Son placeres que los castellanos y leoneses echan de menos en su comunidad. Sin embargo, por suerte para aquellos que, por motivos económicos o laborales, no pueden desplazarse a otros lugares costeros, Renfe regresa cada año con la clave para pasar un verano «low cost». Hablamos ni más ni menos que de los trenes playeros que van a echar ya el cierre después de otra temporada más poniendo la playa a un viaje en tren. La empresa ferroviaria reprograma su horario para adaptarse a las necesidades de quienes desean escapar de la rutina y darse un chapuzón en las playas del Cantábrico. Estos ya tan populares trenes playeros han iniciado su 27ª campaña la primera semana de julio y se mantendrán operativos hasta finales de agosto. León, Valladolid, Palencia y Miranda de Ebro son las ciudades escogidas que se beneficiarán de estos servicios.

Poniente y San Lorenzo

Cientos de leoneses de cualquier punto de la provincia han llenado a diario las playas de Poniente y de San Lorenzo durante los meses de julio y agosto para disfrutar del principal destino turístico asturiano a precios reducidos. Los viajeros pueden utilizar un tren que procede de Valladolid y sale de León a las 8.45 horas y llega a la estación de Gijón Sanz Crespo a las 11.44, con parada en trece estaciones entre las que destacan La Robla, La Pola de Gordón, Santa Lucía, Villamanín, Pola de Lena, Mieres y Oviedo, entre otras. El horario de regreso es a las 19.45 desde el mismo punto, con llegada a León a las 23.10 horas de la noche. La tarifa ida y vuelta queda en 10,50 euros cada billete. Además, para facilitar los accesos, la terminal gijonesa cuenta con un paso peatonal que comunica directamente, sin rodeos, esta estación con el Museo del Ferrocarril y la Playa de Poniente.

Sin duda, esta es una oportunidad que cada año aprovechan tanto pequeños como mayores. En especial, los fines de semana alcanzan el 100% de ocupación. Aunque este año, en oposición a los anteriores, está tardando en llegar el tiempo propio del verano al norte de la Península, lo cual afecta al número de pasajeros de este tren de manera preocupante.

Lorena Fidalgo, una estudiante leonesa asidua a estos servicios, nos cuenta que cada vez que viaja «a Gijón de este modo, tenemos que llegar súper pronto para coger sitio, porque incluso gente con billete no encuentra asiento». Y además, afirma que «le encantaría que se pusieran más trenes de este tipo a otras playas como Sanxenxo en Galicia o Santander» porque los fines de semana se hace difícil la tarea de encontrar donde dejar la toalla en Gijón. «La verdad, es que el viaje se me hizo un poco largo, al fin y al cabo son 3 horas que en coche se me queda en una y media», reconoce. Por último, la joven reclama un horario más amplio para las aves nocturnas a las que como ella, les gustaría quedarse algo más para disfrutar del ambiente nocturno y unos buenos ‘culines’ de su famosa sidra por la Plaza Mayor.

Otros interiores costeros

El recorrido entre Valladolid, Palencia y se realiza con trenes de la serie 470, equipados con instalación de aire acondicionado y asientos orientables al sentido de la marcha y dotados de espacio reservado para personas con movilidad reducida y área acotada para el transporte de bicicletas. Este media distancia parte de la estación de Valladolid a las 7.45 horas y llega a Santander a las 11.24. Los burgaleses disponen de trayecto hasta las playas de Irún. El convoy parte de Miranda de Ebro a las 8.30 horas, para en Vitoria Gasteiz a las 8.57, pasa por San Sebastián a las 10.48 horas, Gros (10.51) e Irún (11.13), desde donde se facilita el acceso a varias playas donostiarras, según prefiera el viajero.

Patricia Saiz

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