TRENEANDO

El ecomuseo de Samuño convierte el vapor en un nuevo atractivo para sus visitantes

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El vapor circula por el valle de Langreo. Los visitantes del ecomuseo de Samuño podrán recorrer las vías que desde la estación de El cadaviu conducen a la entrada del pozo San Luis en tres vagones mineros que serán remolcados por la locomotora J. A. Maffei de 1920. El proyecto se ha hecho posible por la decisiva intervención del Museo del Ferrocarril de Gijón y su dinámico director, Javier Fernández.

La máquina que presta el Museo de Gijón, la locomotora SHE D (Maffei 3946/1920) ‘Minas de Aller’, ya se ha paseado por las vías cercanas a la mina después de su renovación y puesta a punto, y pintada para su nueva misión. La locomotora, una auténtica joya ferroviaria, exhibía su poderío y llevaba los viejos olores de la época del vapor a la cuenca de Langreo, aunque sin pasajeros. Pero el deseo generalizado pasaba por hacer disfrutar de esta experiencia a los visitantes de Samuño y convertirlo de paso en un fuerte atractivo de las nuevas instalaciones museísticas. El carbón volverá a utilizarse como combustible y su olor inundará el valle langreano de La Nueva, como lo hacía en el inicio de la minería.

Este sábado saldrán los primeros servicios programados con vapor. Tres vagones con capacidad para 35 personas, restaurados por el Museo del Ferrocarril de Gijón, recorreán en 25 minutos la distancia que separa la estación de El Cadavíu del inicio al túnel subterráneo de la mima, al que no puede acceder por el gálibo del túnel. El precio del viaje será de 3 euros, o de 1,5 euros si se realiza la visita completa al museo. Se han programado seis salidas (por la mañana a las 10.30, 11.30, 12.30 y 13.30; y en horario de tarde 17.00 y 18.00 horas) que se volverán a repetir todos los sábados de mayo. Los viajeros podrán empalmar este viaje con el del tren minero que se adentra en el pozo de San Luis La Nueva, que se estrenó el pasado año con una aceptación más que notables.

La excursión pretende ser “una vuelta al pasado, un paseo en tren de vapor por el bosque”, explica Javier Fernández, alma máter del Museo de Gijón y un profundo conocedor de la historia del ferrocarril. Los viajeros descubrirán sensaciones parecidas a las que vivieron los trabajadores de estos pozos. “Viajarán en coches como los que usaban los mineros, y también sus familias, para desplazarse” por el entorno de las minas, sin llegar a adentrarse en ellas”

El recorrido en el Ecomuseo comienza en la estación de tren de El Cadavíu, donde el visitante se topará con una exposición de fotografías que comparan cómo era el valle de Samuño cuando funcionaban todos sus pozos mineros, y cómo es ahora. Tras pasar los tornos, el espectador se sube al tren que le transportará al interior de las galerías. Un audio explica las zonas por las que se pasa: al principio el túnel y la bocamina La Trechora, para luego llegar, después de casi un kilómetro de recorrido, al socavón Emilia y al túnel por el que se accede a la zona del pozo Samuño, que estuvo en funcionamiento hasta el último día del año 2001. Tras un kilómetro bajo tierra (es el mayor recorrido ferroviario por una mina real existente en España) se llega al pozo San Luis de La Nueva, a una profundidad de 32 metros. Tras subir por un ascensor, se sale por el castillete del pozo. Una vez allí, un guía encabeza la visita a las instalaciones, en las que destaca el taller, con sus locomotoras rehabilitadas, y la magnífica sala de máquinas de las instalaciones mineras.

El tren turístico de Samuño dispone de dos locomotoras modelo DLP 50F y cinco vagones (fabricados en la República Checa) que circulan por el viejo ramal del ferrocarril de Carbones de La Nueva. Los convoyes pueden trasladar a un máximo de 58 personas por viaje y dispone de un espacio habilitado para personas con discapacidad. Seis kilómetros por hora es la velocidad a la que circula por motivos de seguridad, aunque puede alcanzar los 20 kilómetros. Los primeros metros del itinerario permiten disfrutar del paisaje y acercar a los turistas al pozo Samuño donde pueden ver el túnel y la bocamina de La Trechora. Allí se entra en el socavón Emilia, una galería construida en 1904.

La temporada de primavera está siendo “realmente buena” para el Ecomuseo del Valle de Samuño y su tren minero. Salvador Álvarez, responsable del museo, apuntó que, desde la reapertura del equipamiento, el pasado 1 de marzo, y hasta el pasado fin de semana, han pasado por la estación de El Cadavíu “algo más de 6.000 personas”. Especialmente positiva resultó la Semana Santa, unos días durante los cuales los viajes estuvieron al completo y el pasado puente del 1 de mayo, que “también estuvo muy bien”. Hasta el inicio de la temporada de verano, el 15 de junio, hay confirmadas unas 2.500 reservas más, lo que elevaría aún más la cifra de visitantes anual.

(Imagen Rubén Fidalgo)

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