TRENEANDO

El Canfranero se ha hecho a la vía con sus coches postales en este puente de mayo

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Aunque solo sea un recorrido de los que ahora se llaman turísticos, durante este puente de mayo las vías oscenses contemplan el paso de El Canfranero, vestido en esta ocasión con sus dos coches postales. El viaje se hace a bordo del Tren Azul, uno de los históricos que quedan en España, una joya ferroviaria restaurada y conservada por la Asociación Zaragozana de Amigos del Ferrocarril y Tranvías. El convoy realiza un recorrido nostágico entre Sabiñánigo, Jaca y Canfranc.

La experiencia se probó en julio del año pasado. Y el éxito de la iniciativa ha llevado a repetirla durante estos días de asueto, aprovechando la presencia de cientos de turistas en esta zona del Pirinero. Sus promotores confían en que este tipo de viajes penetre en la piel de los aficionados, de cara a convertir estas esporádicas salidas en un proyecto turístico estable, al estilo del Tren de la Fresa.

Recorrer la ruta pirenaica en el Tren Azul permite vivir una experiencia inolvidable, que recuerda los tiempos de gloria del viejo Canfranero, un habitual de las vías oscenses hasta 1970. En aquella época el tren partía desde la estación internacional de Canfranc hacia el norte y cruzaba la frontera francesa. Ahora el viaje solo es posible hacia el sur, porque el túnel de acceso al otro lado quedó cerrado por un desprendimiento hace ya cuarenta años. El tren une a diario Canfranc con Jaca, Sabiñánigo, Huesca y Zaragoza.

Los coches postales, constuidos a mediados del siglo XX a inicitiva de Correos, son uno de los principales atractivos del Tren Azul. Esta iniciativa, impulsada por las comarcas altoaragonesas del Alto Gállego y La Jacetania con el apoyo de la Sociedad Estatal de Correos y la Asociación Zaragozana de los Amigos del Ferrocarril, pretende mostrar como funcionaban las oficinas postales ambulantes que se servían de la red ferroviaria para realizar el servicio ordinario de correos. Su presencia era esencial en la vía ya que posibilitaba el envío de cartas y paquetes a través de pueblos y ciudades de todo el país. Los más jóvenes desconocen que el ferrocarril constituía el principal medio para el transporte de los envíos postales y que en las estaciones de las principales ciudades operaba Correos.

Uno de los coches postales del Tren Azul (una locomotora diesel de los sesenta tira del convoy que incluye además de los correos, un coche restaurante y dos coches camas) es en realidad una exposición itinerante en la que se muestra cómo se trabajaba estas oficinas postales ambulantes, que organizaban la correspondencia, y custodiaban además fondos monetarios. La exposición incluye además elementos que utilizaban los profesionales de estas oficinas, así como sus uniformes.

El Canfranero sale a la vía, por tanto, hasta el 4 de mayo. Los billetes (35 euros los adultos, 25 los niños menores de 12 años; gratis para los menores de 4 años si no ocupan asiento) se pueden adquirir en las taquillas de Renfe, agencias de viaje y en la web de Renfe. El convoy tiene capacidad para 183 pasajeros sin asientos numerados. Parte cada día de Sabiñánigo a las 10.00 de la mañana, llega a las 10.17 horas a Jaca donde recoge nuevos viajeros; toma rumbo hacia Canfranc, donde termina a las 11.20 horas. Tras una visita guiada a la emblemática estación de Canfranc, referente histórico-ferroviario, los viajeros disponen de tiempo libre para dar un paseo por los alrededores. A las 13.00 horas el tren reinicia su camino de vuelta para llegar a Jaca a las 13.50 horas, donde hay tiempo libre para comer, visitar la ciudadela, la catedral y dar una vuelta por las calles del centro. A las 17.05 horas el tren parte de Jaca con destino a Sabiñánigo, donde el viaje finaliza a las 17.22 horas. Toda una fantástica excursión.

(Imagen Charo Puertas)

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