Saquen fotos, que esta imagen no la volverán a ver. Éste sería el titular de una jornada en la que los pasajeros de cercanías vestían traje y corbata, y, después de mucha pantomima, cuando llegaron a su destino tenían el chofer para traerles de vuelta a la rutina.

Las cercanías de Tarragona tuvieron ayer más viajeros vip, que de los que pagaron billete. El día se lo valía. Y a falta de grandes oportunidades para cortar cintas, toda ocasión es buena para darse un baño de elogios.

Después que la presentación oficial de las cercanías se hizo en Reus, ayer fue el turno de Tarragona. El edil reusense, Carles Pellicer, devolvía cortésmente su visita a la «ciudad vecina». Los ojos estaban puestos sobre la llegada del conseller de Territori,Santi Vila, que regresaba después del desliz que tuvo sobre la «bicapitalidad». Un episodio que se producía el mismo día en el que la ministra Ana Pastor habló de la comarca del Camp de Tarragona. Delante de los mismos protagonistas, y aprovechando que el día antes Vila había estado con la ministra, el figuerense decidió coger el toro por los cuernos nada más llegar.

- (Santi Vila) Ayer la ministra –hablando del miércoles– se justificó en Girona y aseguró que cuando hablaba de comarca lo hacía en el sentido más amplio de región. Y claro, que ya le habían buscado las pulgas por ello.

- (Josep Fèlix Ballesteros) Vaya, que lo de comarca no fue en el sentido del Señor de los Anillos.

- (Santi Vila) Bueno, es la idea de las ciudades que hacen referencia a un territorio.

- (Carles Pellicer) Nosotros lo tuvimos claro desde el inicio.

- (Ballesteros) Yo también, pero desde otro punto de vista.

Tema zanjado. Y ya podía empezar el baile de flashes. Primero en el nuevo autobús exprés.cat. A continuación en la rueda de prensa a pie de andén. Unas intervenciones breves que inició el alcalde anfitrión y cerró su homólogo reusense, por sorpresa de muchos de los presentes. A las 9.15 de la mañana salía el convoy. Así que no había tiempo para encantarse. Nueva foto en el andén. Esta con el billete. Y después de que el conseller saludó a maquinista empezaba el trayecto en el que únicamente iban tres viajeros.

En Tarragona ya se hacía la primera purga. Entre los que siguieron, los portavoces de las plataformas a favor del transporte público, la Pdf.Camp y la PTP. Que ayer celebraron su particular inicio de la primavera. «Normalmente somos más cañeros, pero hoy no», decían, satisfechos de que finalmente se cumpliera una vieja reivindicación, que de momento abre una tregua sin enterrar aún definitivamente las armas.

El edil reusense aprovechó el camino para enseñar al conseller los terrenos reservados para la construcción del apeadero de Bellissens. Y en dieciséis minutos el tren paraba a la ciudad de Reus, donde la comitiva fue recibida por los gritos de una mujer que se dejó la voz exigiendo mejoras en el servicio de media distancia.

Y en el exterior, hasta siete coches oficiales ya estaban esperando que acabaran de sacarse las últimas fotos y volver a la vieja rutina del chofer. Fueron muy pocos los que siguieron con el transporte público. En el tren de las 9.36 subió el concejal Carles Castillo. Al de las 10.08 el delegat del Govern, Quim Nin, que hacía su cuarto viaje en ese primer día. Nin había subido a las 7 de la mañana desde L’Arboç hasta Cambrils, y volvió de nuevo a Tarragona donde llegó a las 8.27 a Tarragona. Justo para el acto de inauguración, que empezó a las 8.45. Por cierto, que después de que el Partido Popular de Tarragona mandó una carta al conseller Vila pidiéndole unas disculpas por su «confusión», ayer no había ningún representante de este partido en la inauguración. Se desconoce si fue por problemas de agenda o por boicot.