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Google recuerda en su doodle a Raymond Loewy y sus diseños de locomotoras norteamericanas

6 noviembre 2013

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Homenaje de Google a Raymond Loewy. Para celebrar eventos señalados, Google cambia su logo oficial por otro, diferente en cada ocasión y alusivo al respectivo evento. Pues bien el doodle de este martes del buscador más famoso recordaba la figura de Loewy, nacido en París, pero afincado en Estados Unidos donde se granjeó merecida fama y reconocimiento mundial. Padre del moderno diseño industrial, su nombre quizá no sea muy conocido, pero sus trabajos son mundialmente famosos. Desde la clásica forma de la botella de Coca-cola, hasta la cajetilla de tabaco Lucky Strike, la concha amarilla y roja de la empresa ‘Shell‘ o el habitáculo de la Skylab.

Google ha unido la figura de Raymond Lowey en su tradicional doodle a las locomotoras estadounidenses de mediados del pasado siglo para conmemorar el 120 aniversario de su nacimiento. Fue uno de los los diseñadores más influyentes del pasado siglo, al que la revista ‘Time’ le concedió su portada en 1949, como reconocimiento a su trabajo.

En los años treinta, las locomotoras a vapor norteamericanas se distinguían del resto por su gran tamaño, peso espectacular y altísima potencia, pero una insultante profusión de cañerías externas, tanques de aire, compresores y otros colgajos, que les daba un aspecto casi estrambótico. Comparadas con las cuidadas líneas de las máquinas inglesas, que hasta en sus exponentes más modestos mostraban siluetas libres de apéndices, mucho cobre y bronce lustrados y buenos trabajos de pintura y fileteado, las locomotoras a vapor norteamericanas eran un horror. Sólo unas pocas máquinas estadounidenses (las Hiawatha de¡ Milwaukee Road, los trabajos de Kuhler y Dreyfus y otros intentos) habían recibido alguna atención estética, pero la inmensa mayoría sólo hacían gala de una espectacular y presuntuosa aparatosidad.

Hasta la entrada en escena del gran diseñador de origen francés, que ya había obtenido grandes triunfos en Estados Unidos. La Pennsylvania Railroad, que por esos años se consideraba a sí misma el ferrocarril modelo, le mandó en 1937 los planos de una de sus más notables máquinas de pasajeros, la clase K4. Loewy desarrolló un diseño en el que, a diferencia de otros, prescindía de toda clase de artificios estilísticos y lograba un resultado equilibrado, de formas redondeadas, limpio y elegante. Y desde entonces trabajó a destajo en el estilizado aerodinámico de las locomotoras de pasajeros.

Los directivos del Pennsylvania, ansiosos por seguir demostrando que su empresa estaba a la vanguardia en el campo de la tracción ferroviaria, aprobaron en 1939 el proyecto de su ingeniero en jefe R. P.Johnson y el taller de Juniata construyó una mefistofélica 6-4-4-6 de cuatro cilindros, expansión simple y bastidor rígido. Este gigante, bautizado con poca originalidad ‘The Big Engine’, fue presentado en la Feria Mundial de Nueva York vestido con una carrocería de Loewy, que repetía a grandes rasgos las ideas de la 3768, pero adaptadas a las masivas dimensiones de la monstruosidad.

La ‘Big Engine’, construida sólo como demostración de poderío, se mostró poco efectiva a la hora de tomar curvas y no llegó a hacer más que unas pocas demostraciones sobre la vía. Entonces Johnson, diseñó la serie T1, un poco más pequeña con la anterior y rodaje 4-4-4-4, tender de 8 ejes y también rígida de 4 cilindros simple. La T1 también pasó por el tablero de dibujo de Loewy, quien hizo uno de los más fantásticos diseños de locomotoras a vapor de todos los tiempos. Hubo dos versiones, que diferían básicamente en el carenado lateral, pero en ambas estaba presente la espectacular trompa tipo proa de barco.

Tras la Segunda Guerra Mundial, Fairbriaks Morse, que desde hacía años fabricaba equipos ferroviarios livianos, presentó una línea de locomotoras diesel propulsadas con su particular motor y pidió a Loevvy que diseñase las carrocerías. En ese momento, el equipo de Loevvy trabajaba para la Studebaker, para la cual había dibujado el modelo Champion, que representó el principio del fin de los estribos y los guardabarros fuera de la carrocería, y también estaba colaborando en el diseño de los interiores de varios de los trenes más lujosos de la época.

Sus diseños marcaron un antes y un después en la construcción ferroviaria. La famosa locomotora eléctrica GG1, mejoró sensiblemente en su diseño gracias a Raymond Loewy, que aplicó diversas soldaduras y pulidos, en lugar de piezas remachadas, y también una pintura con rayas, que hacía destancar las suaves y redondeadas formas de la máquina. Ahí no acabó su labor para el mundo ferroviario, ya que también diseñó coches de pasajeros, estaciones, material impreso, todo para la misma PRR.

La gran aportación de Raymond Loewy a la industria del siglo XX fueron sus diseños automovilísticos para la compañía Studebaker en la década de los treinta. Pero no centró todo su trabajo en la industria. Loewy debe su fama a la cajetilla de Lucky Strike. Propuso cambiar el fondo verde en blanco, mucho más atractivo a la vista y elegante. Las ventas de Lucky Strike se dispararon y la fama del diseñador también. Trabajó en las heladeras Frigidaire, los autobuses Greyhound, los populares logos de Exxon y de las gasolineras Shell -readaptando la ‘concha’ inicial para que se apreciase con facilidad en la distancia y en la oscuridad con los colores rojo y amarillo, por la estrecha vinculación que la marca tenía con España- y la mítica curvada y ergonómica botella de Coca Cola, que ‘adelgazó’ en 1954 para darle un aspecto más elegante y estilizado, haciéndola, al mismo tiempo, perfecta para ser agarrada con un mano.

El Skylab es su aportación más importante en la historia universal; una cápsula espacial para pasar largas temporadas en el espacio exterior. El Skylab de Raymond Loewy sería lanzado en 1973 y permanecería hasta 1979, año en el que cayó en territorio australiano. Varias patrullas de astronautas se alojaron el el Skylab de Raymond Loewy en el primer y segundo año de su andadura espacial. Por cierto, el diseñador de origen francés se empeñó en que hubiera una ventana para que los tyripunantes pudieran ver el espacio exterior.

La influencia de sus diseños ha llegado hasta nuestros días y por eso Google ha querido recordarle en el día que se cumple el 120 aniversario de su nacimiento con una imagen de la novedosa y atractiva forma que dio a las locomotoras de la época.

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