“Claudius Bombarnac, corresponsal de El Siglo XX - Viaje en tren por Asia Central, de Tiflis a Pekín”, de Julio Verne
 
 
Un viaje novelado en el que el tren vence las distancias y ordena la acción

Claudius Bombarnac es un reportero francés que recibe el encargo de cubrir para su publicación, “El Siglo XX”, un viaje en tren por Asia Central. Así Bombarnac inicia la aventura de recorrer la distancia entre Tiflis y Pekín y escribir sus impresiones de viaje a bordo del gran ferrocarril Transasiático.


(17/10/2013) El libro que trenza ficción y geografía, novela y escenarios naturales y sobre todo personajes –el escenario humano- en torno a un trayecto y sobre todo a un tren que vence las distancias y ordena la acción.

El reportero a través de sus notas de viaje pinta a los protagonistas, el jefe del tren de origen ruso Popof; el agente comercial estadounidense Fulk Ephrinell; la vendedora Británica Horatia Bluet; el matrimonio Caterna, actores de origen francés; el barón alemán Weisschnitzerdörfer; el médico militar ruso mayor Noltitz; sir Francis Trevelyan; el joven chino Pan-Chao y su anciano maestro Tio-King; la guapa modista rumana Zinca y su pobre amante Kinko que viaja encerrado en un cajón; el enigmático mongol administrador del tren, Faruskiar, y su ayudante; el reverendo vendedor de biblias de Boston, Nathaniel Morse; y los restos mortales del gran mandarín Yen-Lu.

Todos ellos están pintados por el autor con el cariño entrañable de los lugares comunes, cada uno respondiendo a los rasgos tópicos que a finales del siglo XIX, con resaca del romanticismo y en la efervescencia de los nacionalismos, cualquier lector esperaría de cada origen nacional.

El tren

Pero el verdadero protagonista de esta historia, publicada por entregas en el diario Le Soleil, entre octubre y diciembre de 1892, es el gran Transasiático, el tren que desde Bakú hasta Pekín habrá de franquear puertos de montaña, navegar mares de dunas, sortear ríos, y atravesar desiertos y cordilleras, en su larguísimo trayecto a través del Asia Central.

La obra que comparte espíritu con de “La vuelta al mundo en ochenta días”, "Los hijos del capitán Grant" o “Miguel Strogoff”, se apoya en un tren, la máquina del progreso, que recorre una línea ficiticia, con todas las grandezas y miserias humanas a bordo.

La geografía recorrida, es, junto con la ingeniería que “remedia con el arte los defectos de la naturaleza”, el telón de fondo de la historia y el terreno para el alarde del autor en la documentación y en sus conocimientos casi enciclopédicos.

Introducción

En una magnífica introducción, el catedrático emérito de Geografía de la Universidad Autónoma de Madrid, Eduardo Martínez de Pisón, analiza los ingredientes del viaje novelado de Verne: larga distancia entre origen y meta, continente exótico, paisajes encadenados, descripciones geográficas, personajes variopintos, finalmente intrigas, una propuesta ferroviaria futurista y amores complicados por la geografía y resueltos por la técnica que vence las distancias.

La traducción, de Mauro Armiño, transmite toda la grandeza del escenario humano y natural ideado por el autor, para una novela todavía hoy moderna en su planteamiento que sobrevuela varios géneros, entre la novela de aventuras, el relato de intriga y el libro de viajes.

(FUENTE VIA LIBRE)

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