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10 octubre 2012

Muere un matrimonio gijonés arrollado por un tren en el apeadero de Villabona

Los fallecidos, un hombre de 82 años y su mujer, de 86, eran vecinos de La Calzada e iban caminando por la vía en el momento del accidente

Villabona (Llanera) / Oviedo
G. BENGOA / F. VALLINA

Un tren de mercancías se llevó ayer por delante la vida de un matrimonio gijonés en las inmediaciones del apeadero de Villabona-Tabladiello (Llanera). Antonio Insúa Oujo, de 82 años, y María Dolores Muñiz Fernández, de 86, fallecieron en el acto, arrollados por un convoy que cubría la ruta entre La Robla y Aboño, poco antes de las cinco de la tarde. La pareja, que llevaba cuarenta años residiendo en el número 36 de la calle de los Andes, en el barrio gijonés de La Calzada, tenía dos hijas. Una de ellas es Carmen Insúa, jefa del área social de la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (Cocemfe).

Según fuentes de la Guardia Civil, el matrimonio iba caminando por la vía y el maquinista trató de llamar su atención con varios pitidos al detectar su presencia, pero los ancianos reaccionaron tarde y no pudieron evitar el impacto. Las mismas fuentes explicaron que la pareja trató de alejarse de la vía buscando refugio junto al pequeño muro que forma el andén del apeadero, aunque no pudieron escapar a la tragedia. La Guardia Civil baraja además la posibilidad de que alguno de los ancianos tuviese problemas de audición, ya que en el lugar del accidente se hallaron restos de un audífono. «Eso pudo hacer que la capacidad de respuesta fuese menor», afirmaron fuentes de la Benemérita. El accidente obligó a que se interrumpiese la circulación por una de las vías, pero los trenes utilizaron el otro trazado para circular y sólo se registraron pequeños retrasos en el servicio según fuentes de la empresa Renfe.

Las dos víctimas tenían la intención de tomar el tren de Renfe que pasa por el apeadero de Villabona-Tabladiello a las cinco y cinco minutos de la tarde, según algunos vecinos de la zona. Teodora Mazano, que reside en las inmediaciones del lugar del accidente, estaba recogiendo manzanas en una finca cercana al apeadero y fue una de las primeras personas en darse cuenta de la gravedad del suceso. «Escuchamos frenazos y el pitido del tren. Al principio pensamos que se había detenido porque el semáforo estaba en rojo, pero en seguida nos acercamos y vimos la realidad», comentó Mazano. El cuerpo de una de las personas fallecidas quedó tendido a unos veinticinco metros del otro, aunque ambos se encontraban atrapados entre los vagones y el andén del apeadero. «El impacto fue brutal, no creo que tuviesen intención de cruzar las vías. Sospecho que estaban en el andén donde se coge el tren a Gijón, muy pegados a la vía, y que fue la propia fuerza del ferrocarril la que los empujó hacia las vías», señaló otro vecino de la zona poco antes de que la Guardia Civil confirmase que el matrimonio se encontraba caminando por las vías en el momento del impacto.

Álvaro Sánchez estaba trabajando con su tractor en una finca cercana al apeadero, aunque fue su hijo quien lo avisó del accidente. «En seguida me acerqué y vi que se había producido un atropello porque las vías estaban copadas por el personal de asistencia», comentó. Juan Carlos Jiménez, vecino de Villabona, también lamentó el accidente mortal en un apeadero «donde no hay mucho movimiento de gente». La parada es la que suelen utilizar las personas que van de visita al centro penitenciario. «Hay más movimiento los fines de semana, pero el resto de los días hay menos gente», comentó el joven.

El 112 recibió una llamada poco antes de las cinco de la tarde avisando de que había habido un accidente ferroviario en la citada estación. Fue el Centro de Seguridad de ADIF (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) el que alertó a los servicios de emergencias. En la llamada indicaban que un tren de mercancías que circulaba en sentido Serín había arrollado a dos personas. Fue una llamada posterior, a las cinco y cinco de la tarde, la que sirvió para confirmar que el matrimonio había fallecido y que los cuerpos estaban atrapados entre el tren y el andén. La Guardia Civil se hizo cargo de los trámites para el levantamiento de los cadáveres.

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