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18 diciembre 2017

Política

El caso Alvia reabre el debate en Fomento sobre “represalias” contra quien denuncia fallos de seguridad

 

La Agencia de Seguridad Ferroviaria emite una recomendación sobre cómo tratar advertencias de riesgos un mes después de que el director de Renfe imputado declarase que la alerta que hubo sobre la curva de Angrois no se tramitó por vía reglamentaria

HEMEROTECA | La alerta sobre el riesgo de Angrois que llegó a diez técnicos y alguno ni leyó

 

 

16/12/2017 - 09:23h

 

Recomendación de la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria sobre cómo tratar las advertencias de riesgos que formulen los trabajadores

Recomendación de la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria sobre cómo tratar las advertencias de riesgos que formulen los trabajadores Praza Pública

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El pasado 7 de noviembre el director de Seguridad en la Circulación de Renfe, Antonio Lanchares, imputado por el accidente del Alvia en Santiago en el que en julio de 2013 murieron 80 personas, declaró en el juzgado de Santiago que nadie le comunicó el riesgo que existía en la curva de Angrois, a pesar de que un año y medio antes del siniestro un maquinista jefe había advertido del mismo a sus superiores. Lanchares dijo que esa advertencia no se gestionó por las vías reglamentarias. Este viernes, poco más de un mes después de esa declaración, la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria (AESF) del Ministerio de Fomento emitió una recomendación sobre cómo tratar los avisos que formulen los trabajadores del sector sobre posibles riesgos para la seguridad. Entre otras cosas pide que el personal que formule esas advertencias no sufra “represalias” por parte de su empresa.

Un año y medio antes del accidente en la curva de Angrois un maquinista jefe de Ourense, José Ramón Iglesias Mazaira, había advertido por escrito [ver imagen inferior] a sus superiores del riesgo que existía en ese punto concreto de que se produjese un descarrilamiento como el que acabó ocurriendo. “De no reducir previamente la velocidad nada se podrá hacer ya”, decía expresamente sobre la ausencia de medidas de control automático de la velocidad en el tramo previo a Angrois, lo que dejaba en manos de los maquinistas la responsabilidad de frenar antes de la curva. A pesar de esa advertencia, la situación siguió igual y un año y medio después el Alvia

 

descarrilaba provocando 80 muertes después de que su maquinista se despistase y no frenase a tiempo sin que existiese ningún sistema automático que evitase o paliase su error humano.Advertencia a Renfe del riesgo de un accidente en Angrois como el que acabó sucediendo realizada por un maquinista jefe

Advertencia a Renfe del riesgo de un accidente en Angrois como el que acabó sucediendo realizada por un maquinista jefe Praza Pública

 

Cuando se conoció la existencia de ese escrito de advertencia previo, medio año después del siniestro y después de que la dirección de Renfe lo ocultase al juzgado durante un mes y medio, la empresa pública criticó que el maquinista que la formuló no la había tramitado por la vía adecuada. Sin embargo, el sindicato de maquinistas destacó que esa advertencia había sido realizada por escrito y que los superiores de quien la formuló la habían llegado a analizar en una reunión del comité de seguridad de Renfe, en la que supuestamente decidieron que la situación no incumplía ninguna normativa, por lo que Renfe no avisó a Adif para que esta mejorase la seguridad de su línea. Otros cargos de Renfe a los que había llegado el texto de advertencia ni lo leyeron.

Hace un mes el director de Seguridad de Renfe, Antonio Lanchares, en su declaración en el juzgado como imputado, sacó por iniciativa propia esa cuestión sin que fuese preguntado por ella. Lanchares insistió en que aquella advertencia previa de Mazaira no se gestionó por las vías reglamentarias y que él nunca fue conocedor de ella, con lo que hizo responsables a los superiores inmediatos de Mazaira y a su vez subordinados suyos de que esa “anomalía” detectada, como la denominó, quedase sin resolver.

 

Antonio Lanchares, director de Seguridad de Renfe, saliendo del juzgado tras declarar por el accidente de Angrois

Antonio Lanchares, director de Seguridad de Renfe, saliendo del juzgado tras declarar por el accidente de Angrois Praza Pública

 

Ahora, un mes después de esa declaración, y a pesar de que supuestamente Renfe ya había “reforzado” sus procedimientos internos para evaluar ese tipo de advertencias de seguridad,  como le pidió hace más de tres años la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF) a raíz del siniestro de Angrois, la Agencia de Seguridad Ferroviaria emite esta nueva recomendación dirigida a lo que denomina “comunicaciones ascendentes sobre las situaciones que los propios empleados de las entidades, en el desempeño de sus cometidos, pueden detectar”. La recomendación de la AESF dice que “una vez que esas comunicaciones ascendentes se produzcan, las entidades deben disponer de procedimientos que permitan asegurar que llegan a los órganos competentes para su valoración, que se gestionan, que, en su caso, activan las medidas correspondientes y que se proporciona información al comunicante sobre el resultado”.

La agencia pide también a las empresas que esas advertencias de riesgos que puedan realizar sus trabajadores se gestionen en lo que denomina “ entorno de cultura justa” de manera que “se proteja adecuadamente, cuando sea pertinente, la confidencialidad de la identidad de los notificantes . “En principio, debería asegurarse que el personal que notifique sucesos no sufrirá represalias por parte de su empleador , dice la recomendación.

La AESF pide que cada empresa identifique, entre otras cuestiones, personas y canales a través de los que realizar las alertas de posibles riesgos y establezca un proceso de evaluación de los mismos. La recomendación también pide que esas posibles alertas de seguridad eviten “valoraciones subjetivas” o “cuestiones que no responden a estos objetivos de mejora de la seguridad”.

 

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