La Gendarmería francesa investiga este viernes las causas del accidente entre un tren y un autobús escolar ocurrido ayer por la tarde cerca de Perpiñán (Francia), cerca de la frontera con España, en el que cinco niños murieron y otras 19 personas resultaron heridas, nueve de ellas en estado muy graves. El accidente se produjo sobre las cuatro de la tarde en un paso a nivel con barreras en Millas, en el departamento de Pirineos Orientales. El autobús quedó partido en dos tras ser arrollado por el tren y el lugar continúa acordonado. Todas las víctimas han sido ya identificadas. 

El tren afectado, un regional, unía las localidades de Perpiñán, capital del departamento, con Villefranche de Conflent. El tráfico de ferrocarriles está suspendido en esta línea. Un segundo autobús con alumnos del mismo colegio viajaba detrás del accidentado, por lo que vieron el atropello. En el autobús viajaban 23 adolescentes de entre 13 y 17 años y una conductora, mientras que el tren transportaba 25 pasajeros, un conductor y otro que estaba en formación.

Según el balance de la Prefectura (delegación de Gobierno) de los Pirineos Orientales en la mediodía de este viernes, cinco han muerto, nueve están en emergencia absoluta y 10 en emergencia relativa. Todos los heridos han sido trasladados a los hospitales de Perpiñán, Toulouse y Montpellier.

En su informe de las 8.30, la Prefectura informaba además de que "la identificación de las víctimas se ha completado", un proceso "extremadamente difícil", en palabras de primer ministro Edouard Philipe, desplazado a la zona. Según el diario Le Figaro, las circunstancias de la colisión siguen siendo inciertas. La empresa pública de ferrocarriles SNCF ha señaldo que el tren circulaba a unos 80 kilómetros por hora, la velocidad normal en ese tramo, y que varios testigos apuntan a que las barreras estaban bajadas y que el cruce "funcionó normalmente", pero este extremo "debe ser confirmado por la investigación". Este cruce "no se considera particularmente peligroso", según la compañía ferroviaria. El paso a nivel "estaba equipado con barreras y señalización de luz automática, de acuerdo con los estándares de seguridad actuales", precisó la SNCF.

Ya se ha tomado declaración a varios testigos, incluido el conductor del tren, según ha anunciado el fiscal de Perpignan, Jean-Jacques Fagny. También se tomarán muestras para comprobar si los conductores habían bebido alcohol o conducían bajo el efecto de alguna droga. "Parece que no hubo ningún problema mecánico en este cruce", señaló anoche Carole Delga, presidenta de la región de Occitania.

En una comparecencia durante la noche de este jueves en Millas, Philippe habló de un "drama terrible" y señaló que las causas del accidente están "por determinar". Se han abierto tres investigaciones en paralelo. Una, por delitos de homicidio y lesiones involuntarias, que lleva la Gendarmería de los Pirineos Orientales; y otra, de la oficina de investigación de accidentes de transporte terrestre (BEA-TT), cuya misión es realizar investigaciones técnicas. Finalmente, la SNCF también abrió una investigación interna, según detalla el diario Le Monde.

El primer ministro ha pedido respeto para los familiares, que han sido agrupados en el colegio de Millas desde el que había partido el autobús al final de la jornada escolar. Las familias están sufriendo "una situación de gran angustia" porque tanto las víctimas mortales como algunos de los heridos no se pueden identificar con facilidad. Visiblemente afectado, el primer ministro ha asegurado que su prioridad era identificar a las víctimas.

El prefecto del departamento, Philippe Vignes, ha precisado que a las once de la noche solo dos de los fallecidos habían sido identificados, así como siete de los heridos, lo que, ha subrayado, demuestra la gravedad del accidente. "La identificación de las víctimas se ha completado", ha informado de madrugada la Prefectura de los Pirineos Orientales. Vignes detalló que solo tres de los heridos, todos ellos leves, viajaban en el tren y que la conductora del autobús es uno de los heridos graves. El prefecto ha contado que fue muy difícil extraer a los niños de entre el amasijo de hierros, a lo que se sumó la oscuridad y la gravedad de las heridas sufridas por algunos de ellos.

Las autoridades han montado un hospital de campaña y han utilizado cinco helicópteros para trasladar a los heridos a diferentes centros hospitalarios. Además, en el colegio desde el que partió el autobús se ha puesto en marcha un grupo de apoyo psicológico con 60 personas que atiende a más de 300 afectados, muchos de ellos padres de alumnos y no todos con hijos en el autobús siniestrado. 

El prefecto ha indicado que en total 52 gendarmes y 95 bomberos participaron en las labores de rescate, además de una docena del personal de primeros auxilios. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha mostrado a través de Twitter sus condolencias a los familiares de las víctimas. La ministra francesa de Transporte, Elisabeth Borne, ha indicado esta mañana en la emisora Europe 1 que el Ejecutivo ha nombrado a un coordinador encargado de ayudar a las familias de los afectados en las gestiones derivadas de lo sucedido.