El grupo de ACPT en el Ayuntamiento de Torrelavega ha denunciado hoy que la estación de Renfe en Tanos es "una instalación fantasma" por la falta de servicios que se presta a los viajeros, así como "un polvorín" por la peligrosidad de la terminal de mercancías que funciona sin licencia de actividad.

En rueda de prensa, la portavoz de ACPT, Esther García, también ha criticado la "falta de coraje" del alcalde, Ildefonso Calderón (PP), para reclamar a Renfe y Adif la mejora de las instalaciones, en vez de congratularse con la reciente instalación de una máquina autoventa de billetes en la estación.

A su juicio, el alcalde "tiene que defender, tanto los servicios a los usuarios de la estación como garantizar la seguridad de los vecinos", y ello pasa por cumplir el acuerdo plenario para exigir a Renfe la mejora de la instalación y la solicitud de licencia de actividad para la terminal como paso previo a su desmantelamiento.

Para Esther García, las últimas actuaciones de Calderón en este sentido le han convertido "en un apagafuegos" de Renfe y Adif "más que en un alcalde comprometido con su ciudad", además de en "incumplidor" de la moción que su grupo suscribió la pasada legislatura.

Como ejemplo de estas actuaciones del alcalde, la portavoz de ACPT ha puesto la "fotografía patética y ridícula" que -a su juicio- Calderón se hizo junto al director general de Transportes, Fermín Llaguno, y el responsable de Renfe, Pablo Rodríguez, durante la puesta en servicio de la máquina que sustituye al servicio de venta de billetes.

Ante estas actuaciones, Esther García ha avanzado que su formación está estudian "respuestas contundentes a la situación", en especial al incumplimiento de la moción que obligaba al equipo de gobierno a exigir a Renfe la licencia de actividad para su terminal de mercancías anexa a la estación de pasajeros.

A su juicio, que el alcalde se erija en defensor de Adif, exaltando inversiones como la maquina autoventa y la valla de seguridad colocado en la estación, "es un acto de vasallaje -en su opinión- ante la empresa y una burla sangrante para todos los que desde hace décadas exigimos un cambio radical en la situación".

En este sentido, ha recordado el movimiento ciudadano que consiguió reunir en los últimos meses más de 10.000 firmas para exigir el cumplimiento de los compromisos adquiridos por la Corporación y para que se instalasen medidas de seguridad en la terminal, como paso previo a su desmantelamiento.