El pasado 20 de diciembre, tan solo seis días después de convocar una Huelga, el sindicato Comisiones Obreras (CC.OO.), desconvocó de forma sorpresiva los paros para el 21 de diciembre y el 7 de enero. La razón fue la repentina firma del II Convenio Colectivo con RENFE, rápida e inesperada para la gran mayoría de los trabajadores que en ningún caso fueron consultados por sus sindicatos.

RENFE alcanzó el preacuerdo con el Sindicato Español de Maquinistas y Ayudantes Ferroviarios (SEMAF), y la Unión General de Trabajadores (UGT), mayoritarios en el Comité de Empresa, con cuatro y tres representantes cada uno, a los que se unió, 24 horas después, CC.OO. (tres representantes). Solo no lo han firmado la Confederación General del Trabajo (CGT), que tiene dos representantes y el Sindicato Ferroviario (un representante).

Los sindicatos ceden, los trabajadores pierden

Las dos formaciones sindicales no firmantes han denunciado, no solo la nula información que han transmitido a los trabajadores, sino también las pérdidas de derechos que tendrán los empleados en los próximos cuatro años. Por el ejemplo, el Sindicato Ferroviario calcula que la pérdida de poder adquisitivo de los empleados de la Compañía presidida por Isaías Taboas será de un 14%, se acaba con las prejubilaciones y se consolida un sistema de “enchufismo” en convocatorias de empleo.

En el mismo sentido, CGT destaca como se estipula en Convenio, que la jornada de las 37,5 horas semanales rija a partir del 2019, cuando la Ley de Presupuestos Generales del Estado, de muy superior rango que el Convenio Colectivo, indica muy claramente su vigencia desde el 4 de julio de 2018. Esto supone que a 31 de diciembre los trabajadores habrán trabajado seis días de más, que el sindicato ya ha adelantado reclamará ante los Tribunales. De hecho, destacan, que no se entiende la convocatoria de huelga y la posterior marcha atrás de seis días después cuando en puntos, como la subida salarial, se ha firmado lo mismo que ya se había propuesto cuando el Partido Popular estaba en el Gobierno. Ni una sola mejora.

Promociones “a dedo”

Aunque para CGT más grave es que se siga sin dotar de transparencia todos los procesos de promoción profesional, ingresos y concursos de movilidad funcional y geográfica, lo que conlleva promociones “a dedo” y un incumplimiento del Código Ético del Grupo RENFE. Para CGT el Convenio implantado no consigue las reivindicaciones que necesitan los trabajadores de RENFE. Se ha cerrado sin negociar lo verdaderamente importante y, sobre todo, sin conseguir eliminar la degradación en la que se entró en esta Empresa con la firma del anterior Convenio, por lo que, como adelantaron el 20 de diciembre en un comunicado continuarán, movilizándose. Vamos, que habrá convocatoria de huelga el próximo día 1 de enero.