C. F. C. | ponferrada

La presidenta del Consorcio del proyecto del Tren Turístico Ponferrada-Villablino, Alicia García, mostró ayer el malestar de los municipios asociados por el desguace de las dos primeras locomotoras diésel que sustituyeron a las de vapor en el ferrocarril minero a partir de los años ochenta. García se quejó amargamente porque el dinero que puede haber obtenido el administrador concursal de Coto Minero Cantábrico con la venta para chatarra de las dos máquinas Krupp —la 601 y la 602—que permanecían estacionadas en Villablino hasta su desguace la pasada semana, es tan escaso que no aliviará la situación de la empresa con sus acreedores y podría haber obtenido la misma cantidad de una administración pública que conservara las locomotoras.

«Lo que han hecho es muy grave, extremadamente grave. No nos cabe en la cabeza porque nos las podían haber ofrecido a nosotros, o al Museo del Ferrocarril de Ponferrada», se quejó ayer después de que este periódico le pidiera una valoración de lo sucedido.

La presidencia del Consorcio recordó que la entidad supramunicipal debe recibir como material rodante de la concesión de la línea otras cuatro locomotoras diésel que presupone estacionadas también en Villablino y pidió al administrador que se abstenga de subastarlas, como ya ocurrió con la Alco 1005, que la asociación Cultural Ferroviaria Berciana (CFB) sitúa ahora en Argentina tras su venta. «Espero que no corran peligro de que las subasten», advirtió García. Y recordó además que dentro del material que la Junta se ha comprometido a ceder cuando concluya el inventario de bienes de la concesión también está el vagón histórico que se conserva en Cubillos junto a la locomotora 1006 y de cuyo deterioro también alertaba esta semana la CFB.

Cesión de los talleres

Alicia García también urgió a la Consejería de Fomento, titular de la concesión del antiguo tren minero, a cumplir cuanto antes su promesa de entregar al consorcio la propiedad de los antiguos talleres de Villablino. «El consejero Suárez-Quiñones nos había dicho que nos los entregarían antes del verano y ya estamos en verano», se quejó. Con la propiedad de los talleres, el Consorcio podría apoyar los planes de la empresa ARMS, que está dispuesta a restaurar la línea y a emplear las instalaciones y la 1006 para ensayar su proyecto de tracción ferroviaria con gas licuado.