La plataforma Lugo non Perdas o Tren dice que la futura estación de autobuses, que irá próxima a la del tren, está tan lejos de Santo Domingo como la actual. El colectivo es partidario de que la de ahora desaparezca y se haga la nueva. Critica al colectivo Lugo Monumental, que promueve lo contrario, y expresa que un «minúsculo grupo social bajo denominación de Lugo Monumental, pueda interferir en el desarrollo de Lugo y su provincia». Asegura también la formación, que tiene como presidente a José Manuel Carballo, que el colectivo de empresarios mantiene una postura arcaica propia del siglo XIX.

«En el futuro -expone la plataforma- la mayoría de los lucenses accederán a la intermodal andando o en urbano, porque allí tendrá paradas que ahora ano tiene. Algo está muy claro: la equidistancia de ambas estaciones con la mediana de la Praza de Santo Domingo es similar en metros». Apunta también que Lugo Monumental «desconoce el proyecto y su repercusión a favor de Lugo en términos generales» y en este sentido destaca que «el proyecto no es faraónico; es similar al del resto de intermodales de Galicia y con menor inversión». «Toman como referente (Lugo Monumental) datos como que el 56% de los viajeros utiliza la estación de autobuses y el 16% la de Renfe. Esto prueba la necesidad de la intermodal, que incrementa en ambos casos el número de pasajeros en términos generales como está ocurriendo con la de Renfe desde que esta plataforma se movilizó y vio incrementados sus trenes con Madrid en alrededor de un 46%. Todo esto crecerá (incluida la parte de autobuses) de manera exponencial con las nuevas prestaciones que genera una intermodal», apuntan los integrantes del grupo que lucha por mejores servicios ferroviarios.

La plataforma cree que el presidente de Lugo Monumental parece tratar de llevar a cabo otro movimiento como el realizado hace un tiempo para instalar un colegio en el cuartel de San Fernando, «cuando es un espacio público destinado a museo de la romanización». Añade que el responsable de dicho grupo defiende el «interés espurio de su colectivo y de unos cuantos empresarios de no sabemos qué ramo». Finalmente, califica de absurda la recogida de firmas para mantener la actual estación.