EL COMERCIO

6 noviembre 2017

Asturias

Los maquinistas temen cancelaciones «constantes» en Feve hasta final de año

Un convoy de Feve circula por Pola de Siero en dirección a Nava. / PABLO NOSTI

La empresa suplía la falta de plantilla con horas extra que ahora devuelve con descansos. «Es un fallo de organización», lamentan los sindicatos

RAMÓN MUÑIZ OVIEDO. Jueves, 2 noviembre 2017, 09:09
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Trenes averiados, bajas médicas y maquinistas con descansos que no se levantaron. Esa fue la combinación que propició el martes la cancelación de una treintena de servicios de cercanías en la antigua Feve. La compañía reaccionó fletando autobuses en algunos puntos, prestó cientos de conexiones sin demora e informó en las redes sociales de parte de las incidencias. Es una respuesta a medias a una situación que los sindicatos temen volverá a suceder.

«Somos pobres, pero además estamos mal gestionados. Tenemos un fallo de organización de maquinistas que no tiene solución a corto plazo; todo indica que las cancelaciones serán constantes de aquí a final del año». Lo explicita José Félix Quince, portavoz del sindicato de maquinistas Semaf, y lo confirma el presidente del comité de empresa, Luis Blanco Junquera: «Hay un déficit de unos cuarenta conductores que hasta ahora se intentaba paliar con parches, convenciendo a la gente para que haga horas extras, pero todo tiene su límite».

Según exponen ambos, hasta finales de 2012, es decir, mientras Feve fue una empresa, era común que la dirección solicitara a la plantilla horas extras. Ese trabajo se liquidaba cuando había fondos para ello, a veces varios años después. Sin embargo al disolverse la sociedad y pasar los trabajadores a Renfe, empezaron a regir nuevas reglas también en lo tocante a la gestión de los recursos humanos. Feve es ahora la división de ancho métrico de Renfe, una compañía donde está prohibido el abono de horas extras, y solo se admite su gratificación en forma de más descanso. Ese corsé causó descalabros en los cuadrantes el año pasado y todo indica que volverá a hacerlo. «Ahora hay que devolver los descansos a la gente antes de que termine el año», explica Quince. Es decir, en situaciones como la del martes, la empresa tiene conductores de los que podría tirar para atender la cartelera, pero sus propias normas internas impiden aprovecharlos. Se supone que para no hacer gasto, si bien esta situación lleva a alquilar autobuses que también perjudican las cuentas.

El juego de las horas extra también se ha enrarecido con pugnas judiciales. «Han llegado varias sentencias que obligan a devolver ese trabajo de más con descansos antes de 2018; es todo un desastre, tenemos un compañero que ya se jubiló y al que le adeudan horas como para cubrir un año de trabajo», afirma Blanco.

La empresa anunció la incorporación de nueve maquinistas a lo largo de este mes, número más elevado del que manejaban los representantes de UGT y Semaf pero que, a su juicio, no solventa el asunto. «Arrastramos vacantes, tenemos bajas por jubilación y traslados al ancho convencional; nos harían falta como mínimo una decena de conductores becarios y otra de maquinistas para atender la cartelera actual», calcula Quince.

El Ministerio de Fomento tiene previsto anunciar este mes un plan de cercanías, con inversiones en infraestructura, si bien su titular reconoce que será necesario también reforzar el personal.

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