Hace diez años las obras del paso del AVE por Lalín suponían a varios vecinos afrontar expropiaciones de casas y fincas. A estos afectados se sumaron los que siguieron a pie del corredor ferroviario con sus protestas porque la velocidad de las obras, de lo que presumía la ministra Magdalena Álvarez, suponía trabajar 24 horas al día incluyendo voladuras durante la noche. En Anzo y Noceda, los vecinos pasaron días entre el sobresalto y las noches sin descanso por el estruendo generado. Las quejas llegaron al Concello que anunció la reclamación inmediata por carta al Adif que cesen de inmediato las detonaciones que se realizan de madrugada en los túneles de Anzo y Noceda al causar graves molestias.