Diario 16

28 agosto 2017

Nadie mejor que Juan Carlos Rodriguez Ibarra para escuchar una crítica a la propia crítica. Y en esta ocasión me sumo a esta expresión que el exbellotari pronunciara hace semanas en el Congreso Socialista de la Comunidad Autónoma de Extremadura.

Quede claro de ante mano que no es un rechazo a los colectivos que están exigiendo dignidad para Extremadura, en este caso en infraestructuras. Es una manera de posicionarme de manera clara, rotunda y contundente ante lo que es, sin lugar a dudas, un problema de primer orden para esta región.

Yo no doy origen a confusión; yo voy a ser claro y contundente. Por tren digno se pueden entender muchas cosas. Yo quiero un Ave que vaya desde Madrid hasta Lisboa para mi tierra. Y voy más allá; añoro en un futuro más lejano otra línea que vaya desde Sevilla hasta el norte de España, similar a la antigua N-630. Esto es lo que exigimos los extremeños y por ello nos movilizamos. Si alguien dudaba, ya lo tiene claro.

Dirán algunos que cómo van a traer el AVE a esta región con lo despoblada que está. Otros afirmarán que para qué, si apenas tenemos industrias. Pues es muy sencillo, demos la vuelta a esas teorías. ¿Cómo quieren ustedes, señores gobernantes, que Extremadura no se despueble si nos tienen más olvidados  que a una piscina en invierno? ¿Cómo comprenden ustedes, ilustres responsables de la gobernación, que aquí haya industrias si mantenemos las mismas comunicaciones que hace un siglo? Por si no lo han entendido bien voy a decirlo más claro: hasta que esta Comunidad Autónoma no esté bien comunicada, como sí lo están otras, seguiremos sin poder frenar los principales problemas de Extremadura. Y como una cosa lleva a la otra, necesitamos el AVE para que nuestro futuro sea menos incierto, para que nuestros jóvenes no miren fuera de nuestras fronteras para forjar su futuro porque aquí no lo vean claro, para que los emprendedores no teman excesos de costes a la hora de sacar sus productos a otros lugares y por ello olviden estas tierras para ubicar sus fábricas. Es sencillo, los extremeños exigimos el AVE ya, para poder estar en competencia con el resto de los territorios y para poder mirar a Europa con más dignidad. Y, además, es imprescindible para la mejora de las relaciones ibéricas.

Por lo tanto, quiero hacer público el orgullo, como extremeño, de contar con esa plataforma que pide un tren digno. Y también quiero animar a todos los ciudadanos de Extremadura para que se sumen en redes, recogiendo firmas, de cualquier manera. Porque no podemos esperar más, porque ya hemos esperado durante mucho tiempo para muchas cosas.

Esta es una lucha crucial. Es obvio que algún día nos llegará el AVE, pero cuándo. Es un tema que necesita de la unidad total del pueblo extremeño y de sus políticos. Que no se olvide, que no deje de escucharse, voz en grito por nuestro tren digno, por nuestra línea de AVE.