DIJOUS, 15 DE JUNY DEL 2017 - 13:00 H

Es algo increíble, el trato que se le da desde el gobierno de Madrid alsistema ferroviario cuando afecta a Catalunya. Parece que se quieran cachondear y lo peor es que, al parecer, los políticos catalanes les ríen las gracias.

Empezaremos por el AVE, que llegó a Catalunya con 20 años de retraso. Los gobiernos socialistas de entonces todavía se está riendo. Para adornar la desfachatez, se olvidaron de toda la costa catalana y pensaron que era mejor hacer la estación a 15 kilómetros de Tarragona y en unas condiciones desastrosas. Si aparcas en el párking, el gasto del viaje se multiplica por dos o tres. Si aparcas en la calle te espera el arcén inaparcable.

Hace más de 12 años que se inaguró la estación Camp de Tarragona, situada entre los pueblos La Secuita y Perafort, y por lo visto no han tenido tiempo los responsables de Renfe y Adif, en pensar cómo mejorar el servicio en toda la costa catalana y valenciana.

Los políticos catalanes tampoco se preocupan demasiado en mejorar el servicio de transporte, en vísperas de elecciones parecen querer exigir elCorredor del Mediterráneo, pero después se olvidan. Son incapaces de crear una hoja de ruta de como habría de ser el servicio; debe ser muy laborioso y no están para tanto trabajo, en la ubre se sienten más cómodos.

Es de suponer que los políticos catalanes deberían olvidarse del AVE, ya está construido y no hay vuelta atrás. Pero si que podrían sentarse y pensar un poco, si quieren y saben, la única alternativa que nos queda es el Corredor del Mediterráneo, ese que el gobierno del PP se quiere llevar a Madrid. Se debería exigir el Corredor del Mediterráneo desde Murcia aFrancia. Se emplearían los magníficos Talgo y el Euromed, pero con vía doble. O sea una vía en cada sentido, pues la línea existente desde Tarragona a Valencia, que yo sepa, es única. De pena, vamos. Ya está bien de marginar toda la costa del sur de Catalunya en cuanto a servicio. El Talgo, el Euromed y los ya existentes trenes de Media Distancia pueden dar un buen servicio. Solo falta que se sepa el servicio que quieren dar al ciudadano y lo luchen contra las voluntades mesetarias.