GETXO - Las feroces llamas que salían ayer de los pabellones vacíos de Errekagane estaban tan cerca de la estación de metro de Gobela que, por precaución, se cortó el suministro eléctrico y, por ende, el servicio de transporte, en concreto, entre las paradas de Aiboa y Algorta. La conexión quedó interrumpida durante más de tres horas, desde las 10.00 hasta las 13.30 horas aproximadamente, un tiempo en el que los usuarios fueron trasladados en autobuses habilitados por Metro Bilbao. Fue, por lo tanto, una mañana de ajetreo y caos, pues se formaron grandes colas para acceder a las lanzaderas, y de mucho trabajo para los bomberos, que sofocaron un aparatoso incendio en el antiguo gaztetxe de Itzubaltzeta -quedó prácticamente calcinado- que no causó daños personales. Tan solo hubo que desalojar a una persona que se encontraba durmiendo en la zona.

“No damos a basto”, respondía uno de los trabajadores de Metro Bilbao en la estación de Leioa, ante las peticiones de control que demandaba una señora que se quejaba de que la gente se colaba en la larga fila conformada para subirse al autobús. Eran las 11.30 horas. A muchos les pilló por sorpresa la suspensión parcial del servicio de metro, incluso, cuando las pantallas ya avisaban de las afecciones provocadas por el fuego. “Ni me he fijado en que lo ponía”, admitía uno de los jóvenes agolpados a la salida de Leioa. Las colas fueron continuas hasta que la normalidad se recuperó alrededor de las 13.30 horas. Para entonces -cerca de cuatro horas después del estallido del incendio- el incesante humo que emanaba de los pabellones de Errekagane desapareció casi en su totalidad del paisaje en Getxo, que se había vuelto gris en ese entorno de Gobela. El inmueble, en estado ruinoso desde hacía años, terminó sin tejado y con las tripas vacías. Ahora, el Ayuntamiento estudiará qué hacer con estas instalaciones, que iban a ser arregladas para uso de la juventud del municipio.

En este sentido, el alcalde, Imanol Landa, ratificó ayer el compromiso del equipo de gobierno de elaborar un proyecto de rehabilitación, aunque “habrá que esperar a la valoración técnica de la situación de los pabellones para tomar decisiones”, matizó el primer edil getxotarra.

Fue a las 9.40 horas cuando el fuego, del que aún se desconoce el origen, prendió la que fuera sede del gaztetxe de Itzubaltzeta. Este colectivo que engloba a unos 25 jóvenes se ubica, desde que comenzaron las obras en el río Gobela a la altura de Errekagane -mayo de 2013-, en las conocidas como casas baratas de Romo, y allí permanecía a la espera de que se acometiera la reforma de los pabellones. Por lo tanto, ellos no se vieron afectados de manera directa por este incidente. No así Koldo, un hombre que se encontraba desde hace siete meses en una vivienda deshabitada y anexa al antiguo gaztetxe. Él tuvo que ser desalojado por los bomberos -hasta cinco camiones se desplazaron al lugar para apagar las llamas, además de efectivos sanitarios, de la Policía Local, Ertzaintza y Protección Civil-. “He salido con las chanclas y en pijama”, explicaba. “Me siento mal, con mucha tristeza, no sé dónde voy a ir ahora, no sé qué voy a hacer”, lamentaba entre sollozos Koldo, castigado por la vida y que necesita recurrir a la ayuda que presta la asociación de carácter social Sortarazi, como él mismo reconoció.

POLÉMICA Derribar los pabellones de Errekagane ha sido algo demandado por vecinos y formaciones políticas, como el PP, en los últimos tiempos. Una petición que se volvió más fuerte cuando se emprendió la mejora hidráulica del Gobela en esa zona, ya que los defensores de esta idea entendían que acometer labores de urbanización en el entorno era la excusa adecuada. Por eso, ayer muchos residentes de esta parte de Getxo efectuaban comentarios como: “Qué bien que así han desaparecido los pabellones” o “tenían que haberlos derruido hace mucho, no estaban en buenas condiciones”.

En la otra cara de la moneda se localizaban, no obstante, los miembros del colectivo de Itzubaltzeta, que nació en 2004. “Ha sido un palo. Este gaztetxe llevaba muchos años aquí; ha pasado mucha gente que ha trabajado para hacer cosas. Era un espacio abierto para todo el pueblo y ver cómo ha quedado reducido a cenizas es un golpe enorme”, afirmó Ane, una de las integrantes de la agrupación, que, por otro lado, consideraba que este inmueble tenía que estar clausurado. “Nosotros hemos pedido una y mil veces que lo cerrasen, porque todo el mundo sabía que entraban incluso chavales, que lo destrozaban, y era un peligro. No se han tomado las medidas que se deberían y ha pasado esto”, sostuvo.

Según recordó ayer el alcalde getxotarra, los terrenos sobre los que se asientan estos pabellones eran de titularidad privada y “hasta agosto del año pasado no terminó el largo proceso administrativo para ser adquiridos por el Ayuntamiento, tal y como exigía el planeamiento municipal”. Además, el regidor local desveló que la adjudicación del proyecto para rehabilitar el inmueble estaba en su última fase, por lo que pronto iban a arrancar los trabajos. Y es que el pleno del Consistorio, con los votos positivos de PNV, PSE, EH Bildu y Guk, dio pie -en julio de 2015- a la habilitación de crédito para emprender unas obras que convertirían estos locales en un centro juvenil, gestionado por el propio gaztetxe de Itzubaltzeta. “Hay un convenio para regular horarios, usos… para garantizar el respeto y la convivencia con los vecinos de la zona”, indicó entonces el concejal de Juventud, Koldo Iturbe. Ahora, el equipo de gobierno reflexionará sobre el futuro de este edificio que ayer se consumió durante horas ante la mirada de la multitud que se quedaba observando el llamativo incendio desde el lado del polideportivo.