S. ARROYO |  VITORIA. 

La carrera de obstáculos que vive la conexión del AVE entre Burgos y Vitoria -un trazado vital para el enganche ferroviario de Euskadi con Madrid- parece no tener fin. El último bandazo llega con un documento administrativo esencial que podría añadir un año más de retraso a la aprobación del estudio informativo del proyecto; el paso previo a la planificación efectiva de las obras. La Declaración de Impacto Ambiental caducó hace más de tres años. Y eso se traduce en un 'volver a empezar' que requerirá meses.

La alarma se ha encendido esta semana. El Ministerio de Fomento reconocía en una respuesta por escrito al parlamentario socialista Odón Elorza que los proyectos constructivos entre las dos capitales «deberán ser redactados una vez que se apruebe el estudio informativo, para lo cual es preciso disponer previamente de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA). Mientras tanto, la continuidad de los trenes está garantizada por la actual línea ferroviaria mediante la disposición de sendos cambiadores de ancho de vía, uno en la estación de Burgos-Rosa de Lima y otro antes de la de Vitoria».

Sin la DIA no se puede avanzar, se admite. Eso aún cuando el ministro Íñigo de la Serna aseguraba el pasado 22 de diciembre en Burgos que el estudio informativo había entrado ya en fase de alegaciones. Fue más allá al indicar su voluntad de sacarlo «ya». Dos meses después no ha sido posible. «El ministerio no aclara qué quiere hacer. Da a entender que se va a optar por una plataforma, pero no hay ni proyecto ni anteproyecto; están con el estudio de impacto», señala Elorza.