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24 enero 2017

Feve ha perdido 200.000 pasajeros desde que en 2011 se cerrara el acceso al centro de la capital

VÍDEO

El tiempo, detenido en la estación de Feve de León. / Inés Santos

  • La compañía de vía estrecha, que mantiene ocho frecuencias entre León y Cistierna, mantiene un 'goteo' permanente en la pérdida de pasajeros

     

    El paso lento con el que avanzan las obras para la integración de Feve en la capital sigue provocando una enorme sangría de viajeros en la vía estrecha.

    La última previsión oficial fijaba el mes de abril como fecha tope para recuperar la normalidad en este medio, pero la previsión parece hoy imposible de cumplir.

    «Sería factible cumplir con las previsiones si se trabajara de forma intensa en todo el trayecto que une la estación de Matallana con La Asunción, pero la realidad es que hoy apenas hay ocho personas que están colocando el adoquinado», recuerda Fulgencio Bandera, exrepresentante de los trabajadores y activo defensor de esta infraestructura.

     
     

    Temores

    La representación laboral reconoce que, en estas circunstancias y con la dificultad para avanzar en las obras, Feve perderá en el corto plazo toda su efectividad.

    Desde que la estación de Matallana dejara de recibir viajeros el 19 septiembre de 2011 la línea ya ha perdido un sesenta por ciento de sus viajeros.

    En 2011 Feve movilizó a un total de 329.000 pasajeros, según los datos que constan en el registro de la compañía, mientras que en 1016 la cifra descendió hasta los 131.600 viajeros.

    Las ocho circulaciones diarias entre la capital y Cistierna transitan sin pasajeros en no pocas ocasiones y no es una cuestión de necesidad sino de «incomodidad».

    Problemas

    El problema radica, según Fulgencio Bandera, en la «incomodidad que supone realizar parte del trayecto en autobús y en la pérdida de un aspecto capital como resultaba el acceso directo hasta el corazón de la ciudad».

    Bandera remarca la urgente necesidad de recuperar el trayecto urbano y la necesidad de dotar de una mayor logística. «Sigue habiendo una carencia total de personal y hasta que eso no se solvente es imposible que se pueda poner en marcha todo esto. La situación llega a extremos como el que se ha denunciado de que un tren no pueda salir porque no se le ha llenado el depósito de combustible. Es inconcebible que estas cosas puedan estar ocurriendo», remarca.

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