Oblanca: «La estación de Sanz Crespo es un chamizo que espanta a los viajeros»

El diputado de Foro, en la sala de prensa del Ayuntamiento. / A. FLÓREZ

El Ayuntamiento pide una reunión con el presidente de Adif para «abordar los problemas de los proyectos ferroviarios inconclusos»

IVÁN VILLAR
GIJÓN
Con la progresiva pérdida de viajeros como principal argumento, el Ayuntamiento acaba de solicitar una reunión con el presidente de Adif, Juan Bravo, para «abordar los problemas relacionados con los proyectos ferroviarios inconclusos que desde hace años vive Gijón y que entre otras cuestiones están afectando gravemente a la movilidad de los gijoneses, al desarrollo urbanístico, a los accesos de la ciudad, al buen funcionamiento de los servicios ferroviarios de Cercanías en el conjunto de Asturias y a los viajeros de larga y media distancia con origen y destino en Gijón». Lo ha hecho mediante una carta firmada por Fernando Couto en su calidad de teniente de alcalde y concejal de Urbanismo y a la que se adjunta un extenso dossier documental. En él se incluye el acta de la última reunión de Gijón al Norte, que se remonta ya a marzo de 2016 y en la que además de aprobar el traslado de la estación intermodal al entorno del Museo del Ferrocarril se acordaba avanzar en los trabajos técnicos en torno al proyecto de construcción. También varios recortes de prensa con fotografías del túnel del metrotrén inundado y con datos que informan de un continuo descenso del número de usuarios del ferrocarril en Gijón, de hasta el 45,5% desde 2008. Foro relaciona este último punto con la pérdida de centralidad que supuso la entrada en servicio de la estación provisional de Sanz Crespo, que el diputado Isidro Martínez Oblanca definió ayer como «un chamizo que espanta a los viajeros».

La carta al presidente de Adif, que se suma a otras dos remitidas por Carmen Moriyón al ministro de Fomento, remarca que «desde 2004 Gijón ha visto dañado su acceso viario principal por Sanz Crespo, ha pasado de tener dos estaciones céntricas de Renfe y Feve a un apeadero provisional conjunto y más excéntrico, cuenta con un túnel de cuatro kilómetros vacío, sin mantenimiento e inundado, exhibe un gran solar ajardinado y sin uso y la trama urbana sigue partida en dos por la gran barrera ferroviaria, ante el estupor de los vecinos».