Una anciana, que ve a una joven madre con un niño pequeño en el canguro intentando sentarse a su lado, reacciona y le dice: "No quiero sentarme al lado de un bebé que llora. Enséñame tu billete. No has pagado para ir en primera clase".

La madre intenta explicar sus razones, porque el sitio en el que quiere sentarse está reservado a ancianos, discapacitados y, claramente, a madres con niños pequeños. Pero no hay nada que hacer.

La terrible señora no cede y es otro pasajero el que acude en su ayuda ofreciéndole sentarse en su sitio, hecho que arrancó un aplauso entre todos los pasajeros del vagón de este tren en Brighton, Reino Unido.