Realismo. Esta es la palabra más pronunciada por responsables de la Xunta cuando se refieren a los dos asuntos clave para Galicia -el tren de alta velocidad y el traspaso de la AP-9- que Feijoo pondrá sobre la mesa del pazo de Raxoi hoy, cuando reciba al nuevo ministro de Fomento. Íñigo de la Serna llegará a la plaza del Obradoiro para reunirse con el presidente del Gobierno gallego como lo hizo José Blanco en julio del 2009, también como responsable de Fomento. En aquel momento se suavizó el retraso del plazo fijado entonces para el AVE -pasó del 2012 al 2015- con un calendario de licitaciones que serviría para blindar la obra. Los más pesimistas creen que hoy puede suceder algo parecido, pues las dificultades para que un tren de alta velocidad llegue a Galicia en diciembre del 2018 son muchas y se agravaron con los problemas con las modificaciones de proyectos y un año de parálisis política en Madrid. Dificultades que se reflejaron en una ejecución presupuestaria por debajo del 50 %. Ahí es donde la Xunta pide realismo a Fomento: un detallado análisis del estado de las obras, las complicaciones, las posibles soluciones y, después, los compromisos creíbles con reflejo presupuestario. El plazo del 2018, comprometido por el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, lo mantuvo recientemente el ADIF pese a que planea instalar un cambiador de ancho -que marca el fin de la línea de alta velocidad- a las puertas de Galicia muy cerca de la fecha prevista para su finalización.

Es probable que el ministro, que llega acompañado por el secretario de Estado de Infraestructuras, Julio Gómez-Pomar, mano derecha también de Ana Pastor, explique la solución transitoria para el paso de la alta velocidad en Ourense, al ser materialmente imposible terminar la variante en el plazo previsto. Está por ver si se explica qué pasará con el cambio de ancho en el eje atlántico y en la línea Santiago-Ourense de cara a la llegada de la alta velocidad. 

Realismo para la AP-9

Feijoo también quiere afrontar con realismo el eventual traspaso de la AP-9. Primero, admitiendo que no es un asunto fácil «que se soluciona en una comisión de Fomento». Los servicios jurídicos del ministerio desaconsejan la transferencia, aunque De la Serna parece más receptivo que Ana Pastor en este asunto. En este contexto, la Xunta insiste en que el rescate y la gratuidad no van en el mismo paquete ni están en la posible hoja de ruta de la negociación que probablemente se inicie mañana. En una entrevista ayer en la Radio Galega, Feijoo aseguró que pedirá la transferencia de la autovía que vertebra la Galicia atlántica «con argumentos», pero dejando claro que será implacable con los «enganos» que vinculan el cambio de titularidad con la gratuidad de la autopista.

El presidente de la Xunta admite que existe una «discrepancia» de fondo con el Gobierno central en este asunto, tanto cuando gobernaba el PSOE como ahora con su propio partido en la Moncloa. Pero el objetivo de Feijoo es que la Xunta gestione la autopista para poder negociar con Audasa tarifas más flexibles y descuentos dependiendo de los tramos horarios. Si todo sale como espera el Gobierno autónomo, la negociación no tendría lugar en el Congreso, sino en una comisión bilateral en la que se afrontarían los detalles administrativos del traspaso.

Los dos asuntos son lo suficientemente complejos como para que consuman la hora prevista para la reunión, en la que estarán frente a frente dos políticos del PP que muchos sitúan en la carrera por suceder a Rajoy.