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1 diciembre 2016

L'APORTACIÓ DELS LECTORS

Publica una carta del lector

Rodalies: El problema en la R-3 no es la vía única

JOSEP GARCÍA

Estación de Renfe en Badalona.

Pepe Pacheco de MotaBarcelona

 

DIMECRES, 30 DE NOVEMBRE DEL 2016 - 11:15 H

Me parece una gran noticia que jóvenes como Jordi Yuste, tomen interés en el tema ferroviario. La falta de inversión que deplora Yuste, en el fondo, no es más que una reacción de las instituciones a lo que perciben como una falta de interés por los trenes convencionales, de la misma manera, por cierto, que la exageradísima inversión en AVE (más del 90% de la inversión en ferrocarriles por parte de Fomento) responde a un gran interés por parte de la ciudadanía en tener "su AVE" para "no ser menos" que otras ciudades.

Sin embargo, quisiera transmitirle una pequeña discrepancia. Yuste menciona en su entrevista la vía única de la línea R3 como el problema de esta línea, cuando en realidad la vía única no hace más que agravar otro problema, que es el de una cierta falta de fiabilidad en el servicio, a su vez debido a un mal mantenimiento. Una vía única supone un tope al número de circulaciones que puede haber cada hora en una línea, pero si todo funciona correctamente y no hay averías, no tiene por qué significar retrasos ni peor servicio (de nuevo, más allá del límite de circulaciones por hora). Como ejemplo quisiera remitirme al mejor servicio de ferrocarriles que existe en Europa, que son los Ferrocarriles Federales Suizos. Existen ahí muchas líneas de tren que tienen vía única sin que ello impida que los trenes circulen con la habitual puntualidad, y ninguna de estas líneas tiene una frecuencia de menos de un tren cada hora, aún tratándose de las líneas regionales menos demandadas, y a menudo utilizando trenes mucho más antiguos que los que circulan por la R3, pues también es habitual que trenes con 30 o incluso 40 años de edad circulen con regularidad. Aún en esas circunstancias es posible ofrecer un servicio absolutamente fiable, pues la clave está en el mantenimiento tanto del material rodante como de las vías.

También quisiera comentar una cosa sobre su afirmación de que falta inversión por parte del Estado. Aunque es cierto que hay una falta de inversión en algunos ámbitos de la red ferroviaria convencional, ha habido una sobreinversión en otro tipo de infraestructura muy específico: los soterramientos. En los últimos años se han gastado cientos de millones de Euros en soterrar el tren a su paso por El Prat y Montmeló, y existen exigencias de soterramientos en Montcada i Reixac, Sant Feliu de Llobregat, L'Hospitalet de Llobregat (tramo de Bellvitge), Mataró y Mollet del Vallès, posiblemente algunos más. En el caso de las vías de FGC se suman demandas de soterramiento en Sabadell, Sant Cugat, o incluso Igualada, donde hay dos circulaciones por hora y un único paso a nivel. Si por alguna gente fuera, toda vía de tren a su paso por una zona urbana estaría soterrada. Esta perversa mentalidad no se encuentra en ningún país del mundo, y supone una inversión enorme que no ayuda a mejorar el servicio, pero en cambio encarece el mantenimiento, pues mucha gente no parece ser consciente de que mantener túneles no es en absoluto barato.

Existe el hábito de culpar por reflejo al Gobierno central de las deficiencias en los trenes, y aunque en última instancia es quien tiene la responsabilidad, también una parte de responsabilidad nos corresponde a nosotros, pues si la exigencia de soterramiento resuena más que la de dar el debido mantenimiento y ejecutar las ampliaciones necesarias no hay que sorprenderse de que el dinero vaya primero a aquellos proyectos más demandados, aunque ésto resulte a la larga contraproducente.

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