ELMUNDO.ES

31 mayo 2016

NFRAESTRUCTURAS

La inversión afectada por conflictos contractuales es de 50 millones de euros

El parón del AVE de bajo coste abre una crisis en Adif


El responsable de poner en marcha 1.000 kilómetros de Alta Velocidad deja el puesto

Las constructoras amenazan con parar el nuevo AVE si Fomento no reconoce los sobrecostes

31/05/2016 03:01

Los retrasos para poner en marcha los 1.000 nuevos kilómetros de vías de Alta Velocidad con que el Ministerio de Fomento planeó en diciembre de 2014 poner fin a su legislatura tienen en la cuerda floja a su mayor responsable en Adif, la empresa que proyecta y planifica las obras para nuevas vías. El pasado viernes, la empresa celebró su consejo de administración mensual en el que Javier Gallego López ocupa un puesto como responsable de construcción y explotación.

Fuentes conocedoras del resultado del consejo indicaron que las dificultades que atraviesa el despliegue de los 1.000 nuevos kilómetros de AVE a los que se comprometió Fomento para compensar la revisión a la baja del coste millonario del proyecto español de Alta Velocidad están detrás de la crisis en el gestor de infraestructuras.

Al cabo de año y medio de diseñar el plan y en vísperas de la tercera cita electoral en 13 meses (municipales y generales en 2015 y generales en 2016), Fomento se ha encontrado con problemas técnicos en obras emblemáticas como los túneles de Pajares -sin concluir desde 2004- y un enfrentamiento abierto con los constructores del AVE que han impedido avanzar según el calendario. Esta situación habría llevado, según estas fuentes a la destitución de Gallego por parte del presidente de la empresa pública, Gonzalo Ferre.

La empresa perteneciente a Fomento desmintió ayer, en cualquier caso, un cese el pasado viernes aunque admitió que la gestión de obras y explotación de la infraestructura es actualmente el puesto más difícil de la empresa y no descartó que en el próximo consejo de administración -que coincidirá con la cita electoral- Gallego abandone el puesto.

Como responsable del despliegue del que se denominó AVE de bajo coste o inclusoAVE electoral, Gallego -que llegó precisamente a su último puesto en 2014- pasó de manejar un presupuesto que hasta entonces se estimaba en 29.000 millones de euros para concluir todas las vías y estaciones de Alta Velocidad proyectadas en España a poco más de 5.000 millones de euros hasta finales de 2015.

En una empresa con cerca de 20.000 millones de euros de deuda, la medida supuso cambiar el enfoque de poner un AVE prácticamente en cada capital de provincia y acabar con lo que la propia ministra Ana Pastor denominaba AVE faraónico. Se priorizaría la gestión de costes vendiendo a los ciudadanos la reducción de tiempos de conexión ferroviaria entre capitales como el avance más razonable dadas las restricciones presupuestarias.

Así, a finales de 2014 se anunció la apertura a la circulación de ocho tramos principales y otra serie de complementarios que afectarían a 27 conexiones entre capitales. Al menos seis de ellos serían en vía única, algo inaudito para una infraestructura como la Alta Velocidad. Las entradas a las ciudades se realizarían también sin soterramientos que han sido imposibles de financiar. Para ofrecer cobertura jurídica al proyecto, se modificó la ley de contratos del sector público, de manera que en las licitaciones los criterios económicos prevalecieran sobre los técnicos.

El proyecto para frenar el despilfarro del AVE desplegándolo en un modo más económico no ha sido capaz de cumplir en plazo las expectativas. Ha desatado todo tipo de tensiones con las administraciones locales y regionales y, por otro lado, enfrentamientos con ingenierías y constructores, que el pasado mes de abril amenazaron con parar obras por valor de 500 millones de euros si no se reconocen sus demandas por los sobrecostes a los que están dando lugar las modificaciones de los proyectos ya licitados, fundamentalmente en Galicia y la Y vasca. Ya en abril fue cesado Jesús Sobrino de su responsabilidad como subdirector de operaciones del noroeste, así como Luis Palacios, gerente de Adif en Galicia.

Los problemas no se han dado sólo en el norte. En Murcia y Granada, dos de las capitales a las que el AVE debía llegar el año pasado no esperan la Alta Velocidad hasta 2017.

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