Los trenes de FGV sufren 120 pintadas de grafiteros con pérdidas de 370.000 euros

El incremento de medidas de seguridad con vallas, cámaras y rondas de vigilancia reduce casi un 70% los actos vandálicos

J. A. M.

valencia. Joven de entre 17 y 26 años. Clase media. Encapuchado, agresivo y capaz de interceptar las vías con barricadas para interceptar los trenes y pintarlos. Este es el perfil de los grafiteros que causan daños con sus pintadas en los trenes de FGV.

Según fuentes de la compañía, el año toca a su fin con casi 120 ataques de este colectivo a los ferrocarriles, actos vandálicos que generan unas pérdidas anuales superiores a 370.000 euros por limpieza y desperfectos. Son unas cifras muy similares a las del año pasado, pero alejadas de las registradas hace cuatro años, cuando las intrusiones de los grafiteros eran mucho más constantes. En un año como 2011 los trenes de la compañía sufrieron 368 grafitis (una media de un ataque al día), con pérdidas en limpieza superiores al millón de euros.

En esa reducción del 70% en tres años ha influido el refuerzo en medidas de seguridad y vigilancia. Cámaras térmicas, vallas reforzadas, iluminación adicional en las zonas de mayor riesgo o cerramiento de las instalaciones más azotadas son algunas de las medidas adoptadas por la compañía en los últimos años.

Según fuentes de FGV, «los grafiteros suelen elegir los fines de semana y las últimas horas del servicio o la madrugada» para cometer sus acciones en estaciones como Paterna, Torrent, Rafelbunyol o los talleres de Machado y Valencia Sud.

Aunque depende de la longitud y superficie afectada, la retirada de cada grafiti suele superar los 400 euros. Y la compañía no tolera sacar trenes con pintadas, lo que supondría un reclamo para más grafiteros. Las multas por estos actos vandálicos pueden llegar a los 5.000 euros en los casos más graves.