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8 octubre 2015

Cargos de diversos sectores copan el consejo de la Agencia de Seguridad Ferroviaria

Su máximo órgano de gobierno, compuesto por ocho personas, incluye a seis que carecen de experiencia en esta materia

PABLO GONZÁLEZredacción / la voz, 14 de septiembre de 2015. Actualizado a las 05:00 h. 6

 

La Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria (AESF) creada tras el accidente de Angrois, pero demandada desde las instituciones europeas para disponer de un organismo regulador independiente en este sector, solo cuenta con dos personas con experiencia en el mundo del ferrocarril en su consejo rector, que según sus propios estatutos es el principal órgano de gobierno de la institución que desde abril vela por la seguridad ferroviaria. No obstante, el único consejero que procede estrictamente de este ámbito es Antonio Fernández Gil, ingeniero de Caminos que desarrolló su carrera en Renfe y el ADIF donde, entre otras muchas responsabilidades, afrontó la problemática llegada del AVE a Barcelona en el 2008.

En el máximo órgano de gobierno de la AESF hay otro ingeniero de Caminos: José María Piñero Campos, director general de Fondos Comunitarios. Buena parte de su carrera la desarrolló en Economía y Hacienda, especializándose en la financiación procedente de la UE. En su experiencia profesional tan solo figura un cargo relacionado con el ferrocarril muy al principio de su carrera: fue jefe de operaciones de una demarcación territorial de Renfe.

Hay otros ingenieros en el consejo, pero no son de Caminos. Isabel Maestre es ingeniera aeronáutica y está en el consejo por su cargo en Fomento como directora de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea. También Joaquín del Moral es ingeniero, pero naval. De hecho buena parte de su experiencia en Fomento la desarrolló en Marina Mercante antes de ser director general de Transporte Terrestre.

 
 

Eugenio Fontán, otro consejero, es ingeniero de Telecomunicaciones. Esta actividad sí que tendría alguna relación con el mundo ferroviario, pues buena parte de los modernos sistemas de seguridad son responsabilidad de esta rama de la ingeniería como, por ejemplo, el sistema ERTMS que supervisa la conducción de trenes y que no estaba instalado en la curva de Angrois. Pero Fontán asesoró al Gobierno de España -con Aznar al frente- en otros asuntos, como la sociedad de la información o políticas públicas en I+D. También aconseja al Ministerio de Defensa en materia aeroespacial.

El otro ingeniero de Telecomunicaciones del consejo es Luis Rodríguez Raposo, director general de Telecomunicaciones, también sin experiencia conocida en el sector ferroviario.

Los dos consejeros restantes no se formaron en el mundo de la ingeniería. Es el caso de Elena Collado, directora general de la Función Pública, que es licenciada en Derecho. De la misma especialidad es Alfredo González-Panizo, secretario general técnico del Ministerio de Economía y con plaza de abogado del Estado.

Equipo directivo

Fuera del consejo, tanto el director de la AESF, Carlos Díez Arroyo, como el presidente, Manuel Niño González, que asume la representación institucional de la agencia, tienen amplia experiencia en el mundo ferroviario. Ambos son ingenieros de Caminos. Díez fue el responsable de la línea Noroeste (Madrid-Galicia), y su firma está en el proyecto para cambiar la entrada de la línea de alta velocidad en Santiago, un diseño que dejó sin cobertura ERTMS la zona donde se produjo el accidente del Alvia. Su nombramiento, no obstante, tuvo que ser aprobado por el consejo rector a propuesta del presidente de la AESF.

Manuel Niño es actualmente secretario general de Infraestructuras, pero tanto con Francisco Álvarez Cascos como con Ana Pastor dirigió la planificación ferroviaria del país desde la Dirección General de Ferrocarriles. Buena parte de los cargos intermedios y funcionarios que integran la nueva agencia proceden de ese departamento, aunque se está nutriendo de más profesionales ante los ambiciosos objetivos de supervisión que se ha planteado el nuevo organismo.

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