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2 octubre 2015
La Confederación Española de Transporte en Autobús (Confebús) ha presentado ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) una denuncia contra Renfe por posible abuso de posición de dominio y por ofrecer unos precios “por debajo de coste”, en referencia a las rebajas y descuentos que aplica en los billetes del AVE desde febrero de 2013.
La patronal considera que estas prácticas están “perjudicando gravemente e incluso expulsando del mercado a otros operadores de transporte”.
Según sus datos, desde que en febrero de 2013 Renfe bajó un 11% el precio de todos los billetes de AVE y además lanzó distintas iniciativas comerciales y descuentos, este tipo de ferrocarril ha ganado 3,25 millones de viajeros y el autobús ha perdido 1,4 millones de usuarios.
Las empresas de autobuses operan conexiones interurbanas mediante contratos de concesión con la Administración en la que se les fija un precio máximo del billete que pueden reducir, pero hasta el límite que su estructura de costes les permite dado que, según recuerda, “no recibe ningún tipo de ayuda o subvención de las administraciones”.
Por ello, la patronal del sector considera que Renfe está “distorsionando” la competencia mediante la aplicación de “precios predatorios”, inferiores a los costes que supone prestar el servicio.
Además, el sector del autobús cree que la compañía ferroviaria pública “podría estar aplicando subvenciones cruzadas entre sus servicios públicos (Cercanías y regionales) y los de AVE y Larga Distancia, que tienen carácter comercial y, por tanto, no pueden recibir subvenciones públicas. “Ello supondría una mala aplicación y un abuso de las subvenciones del Estado”, denuncia.
Según los Presupuestos Generales del Estado de 2016, Renfe recibirá el próximo año una subvención pública total de 605 millones de euros, un importe con el que el Estado compensa al operador público por prestar las conexiones ferroviarias consideradas de servicio público, aquellas que se realizan para garantizar el transporte en determinadas relaciones a pesar de no ser económicamente rentables.
Expulsión de los competidores
Confebús denuncia que todas estas prácticas están ocasionando un “grave perjuicio” e incluso “la expulsión del mercado” de competidores de Renfe, “especialmente las empresas de transporte en autobús, que no pueden competir en igualdad de condiciones por las ventajas que podría estar obteniendo gracias a la separación del coste de la infraestructura, que soporta Adif y no repercute totalmente en la operadora”.
Además, la organización estima que con su política comercial “la compañía ferroviaria podría estar impidiendo la aparición de nuevos operadores ferroviarios privados”.
La confederación argumenta que todos estos supuestos están “perjudicando” a un sector que cuenta con 88.000 puestos de trabajo directos, “cinco veces más que Renfe”, mueve 1.200 millones de viajeros al año entre 8.000 ciudades y poblaciones y factura 3.700 millones de euros al año.
Confebús que, no obstante, asegura “no tener nada en contra del ferrocarril de Alta Velocidad”. De hecho, afirma haber “convivido con el AVE sin ningún problema” hasta la rebaja de precio que se lanzó a comienzos de 2013.