el Periódico
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TRANSPORTE FERROVIARIO
#Renfe: Al pasajero, ni agua
Domingo, 20 de septiembre del 2015 Sofía Larrucea (Gavà)
Viajé en tren desde Valencia a Barcelona con Renfe. Durante el trayecto, pedí una botella de agua al empleado que en aquel momento pasaba por mi vagón ofreciendo comida. Me la dio y me indicó que el precio de dicha botella era de dos euros. Yo, al no tener efectivo, le pregunté si podía pagar con tarjeta de crédito, a lo que me respondió con una negativa, alegando que el importe mínimo para pagar con tarjeta era de seis euros. Fue entonces cuando le pedí si me podía dar un vaso de agua, pues no quería comprar nada más, solo tenía sed. También me dijo que no. Ante mi asombro, le pregunté medio en broma si el agua del lavabo era potable. Su respuesta: "Yo no se lo aconsejo". Y acto seguido se fue. Nos quejamos de actos inhumanos como los que vemos en las noticias y que, desgraciadamente, en los últimos días han inundado los telediarios, pero no nos damos cuenta de que a pequeña escala (y con sus respectivas grandes diferencias) se producen actos de total egoísmo y antipatía hacia el prójimo. Negar un vaso de agua a un pasajero que está realizando un viaje de cuatro horas y que no tiene otra opción es infrahumano. Además, entiendo que la compañía está en todo su derecho de fijar un importe mínimo para pagar con tarjeta, pero no recuerdo haber visto ningún cartel que informase al respecto, condición que no debemos olvidar que es obligatoria. Me cuesta creer que dicha estricta política pertenezca a una empresa como Renfe. Como ciudadana, me avergüenzo. Un vaso de agua no se le niega a nadie.
