TRENEANDO

Arroyo-Malpartida, una estación olvidada

 

Estacion-arroyo-malpartida-fjhurtado- 2011

Cuando alguien evoca la estación de Arroyo-Malpartida, sabe que habla del Ferrocarril; así con mayúsculas. Hasta bien entrado el último tercio del siglo pasado, la pedanía cacereña se significaba como uno de los grandes poblados ferroviarios de la región. Situada en la línea que une Cáceres con Portugal, la construcción en 1881 de la estación de ferrocarril para los cercanos pueblos de Arroyo de la Luz y Malpartida de Cáceres dentro de la línea de Madrid a Valencia de Alcántara, fue todo una acontecimiento en la comarca. Y como uno de los puntos principales de la red disponía de un depósito de tracción vapor para las locomotoras que efectuaban ahí los relevos (los trenes hacia Caceres tenían que invertir la marcha porque por esa época la estación de Caceres era en fondo de saco). Estuvo operativo hasta 1974, aunque tres años antes, con la apertura de la línea en Cáceres capital, su actividad comenzó a decaer. Ello, sumado a la introducción del diesel dejó a Arroyo-Malpartida en segundo plano durante cuatro décadas hasta quedar convertida casi en una estación fantasma.

Todo giraba alrededor del tren, hasta que se clausuró el vapor. Unas mil personas dependían de los oficios ferroviarios, pero hubo que reubicarlas. Y en estas cuatro décadas transcurridas desde que cedió su protagonismo, el pasado queda lejos y casi olvidado. De siempre han salido voces reclamando recuperar los viejos tiempos y aprovechar las instalaciones que aún se mantienen en pie (poco más que chatarra ahora) para instalar un museo, como han hecho otras poblaciones ferroviarias. Y de paso recuperar algo del esplendor de esta estratégica estación.

Arroyo-Malpartida ha llegado a superar el millar de habitantes y actualmente tiene una población de 55 personas. El declive de su estación ha traído la decadencia de la pedanía que se siente, además, abandonada. La desaparición de los trenes ha lastrado el presente (¿y futuro?) de esta población cacereña que reclama más atención. En los últimos meses ha vuelto al primer plano de la actualidad. Aunque su conexión con el tren es muy tangencial.

El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) ha cedido al ayuntamiento cacereño, por un periodo de 75 años, parte de sus terrenos en la zona para instalar una depuradora. Pero no queda ahí la intervención ferroviaria. Los pocos vecinos que aún mantienen sus viviendas en la zona cercana a la estación se quejan del trato que les dispensa el Ayuntamiento de Cáceres. Entre otras cosas, se sienten mal atendidos por los servicios municipales de limpieza. Al parecer, el saneamiento en esta barrio se reliza tres veces por semana, aunque hay viales dependientes de Adif donde no se atiende el servicio.

El alcalde en funciones de Cáceres, Valentín Pacheco, indica que se realiza de la misma manera desde hace unos 10 años, tres veces por semana en todos los viales y además se hace un baldeo semestral. ¿Pero quién se acuerda de la estación? El edficio está hoy semiclausurado, como gran parte de las viviendas que formaban el poblado ferroviario. El depósito de locomotoras muestra un aspecto ruionoso. Solo el silo parece resistir el abandono y la dejadez.

(Imagen FJhurtado)

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