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19 mayo 2015

El ADIF dejó sin ejecutar 702 millones en 3 años en el acceso gallego del AVE

Cuentas achaca al desvío de la inversión el retraso del proyecto hasta el 2018

SERAFÍN LORENZOsantiago / la voz, 19 de mayo de 2015.

 

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OSCAR CELA

 

El último año de gestión del Gobierno de Zapatero y la primera mitad de mandato de Rajoy que ahora enfila el tramo final coincidieron con un repliegue de la inversión en la línea de acceso del AVE a Galicia. En plena oleada de recortes, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), el ente público que tiene encomendada la ejecución de ese proyecto de alta velocidad, dejó sin ejecutar en ese trienio 2011-2013 un total de 702,05 millones de euros en la línea Olmedo-Lubián-Ourense. El tijeretazo afectó al 44 % de la inversión presupuestada en esos tres ejercicios.

Así consta en el informe de fiscalización elaborado por el Tribunal de Cuentas sobre la financiación de las infraestructuras ferroviarias en ese período. El documento cifra en 34,3 millones la parte de la inversión consignada que el ADIF dejó sin ejecutar en el acceso de la alta velocidad a Galicia en el 2011, que equivale al 35 % de lo presupuestado en ese ejercicio. Ese desajuste bloqueó 245,31 millones en el 2012, el 30 % del gasto previsto en ese corredor; y 422,42 millones en el 2013, el 62 % de lo comprometido en las cuentas de ese año. La inversión efectiva durante esos tres años sumó 731,71 millones.

Cuentas acredita que el corredor Olmedo-Lubián-Ourense resultó, en ese período 2011-2013, el más perjudicado por esas «desviaciones de la inversión» de los cuatro en los que esos desajustes adquirieron mayores proporciones. El recorte del 44 % en el acceso gallego del AVE supera los aplicados en la variante de Pajares (179,07 millones, un 30 % de lo presupuestado), en la línea Venta de Baños-Palencia-León-Asturias (156,43 millones, un 27 %) y en la de conexión con la futura Y vasca, entre Valladolid, Burgos y Vitoria (233,57 millones, un 30 %).

Refuerzo del eje Madrid-Levante

El órgano fiscalizador del Estado establece una relación directa entre ese frenazo en la inversión y los retrasos en las previsiones de finalización de los proyectos ferroviarios de alta velocidad. Cuentas incluye entre los corredores cuya fecha de conclusión se retrasó al 2018 el proyecto Olmedo-Lubián-Ourense, donde las obras comenzaron en el 2009 con un plazo de finalización inicial en el 2016. En la misma tesitura están otras líneas en las que las máquinas empezaron a trabajar antes: Vitoria-Bilbao-San Sebastián (iniciada en el 2002), Madrid-Extremadura (2004), Valladolid-Burgos-Vitoria (2004), Asturias-Variante de Pajares (2006) y Venta de Baños-Burgos-Vitoria (2004). Las seis debían estar listas entre el 2014 y el 2015, pero quedan también para el 2018.

Además de los desvíos sobre el gasto previsto, Cuentas señala algunas líneas en las que se concentró más inversión de la prevista. En el ejercicio 2012, el eje Madrid-Levante recibió 192 millones más de lo presupuestado.

El fiscalizador pide afinar el ajuste del gasto a la capacidad real y ve excesiva la demanda prevista

El Tribunal de Cuentas aconseja en su informe «introducir el principio de racionalidad en la ejecución del gasto público, limitando las inversiones que sean altamente deficitarias». Advierte que, con ese objetivo, «convendría que las previsiones presupuestarias relativas a las inversiones en infraestructuras se ajustasen mejor a las perspectivas de financiación existentes». Es decir, no presupuestar lo que no se va a poder ejecutar por falta de capacidad de financiación.

 

El fiscalizador también aboga por priorizar las inversiones, «no iniciando proyectos no rentables». Alerta de que la estimación de un crecimiento del 3 % anual en las líneas de alta velocidad no tiene en cuenta la probabilidad de un «estancamiento de la demanda». Y recomienda un convenio de financiación para 3 o 4 años que garantice la estabilidad financiera del ADIF y la «seguridad y eficiencia en la gestión» de la red convencional.

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