La candidata autonómica del PP descarta acabar la circunvalación de la M-50, con un coste de entre 800 y 2.500 millones

JOSÉ MARCOS Madrid 7 MAY 2015 - 00:09 CEST

Lograr la conexión del AVE con el aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas, que lleva ya tres años de retraso, es una de las prioridades deCristina Cifuentes. La candidata autonómica del PP reclama al Estado, que actualmente gobierna su mismo partido, “que lleve a cabo de una vez” las obras de conexión directa del principal hub de vuelos internacionales del sur de Europa con la alta velocidad. Cifuentes confía en que sería un estimulante más y reforzaría la condición de Barajas como puerta a América Latina.

Para ello, el Ministerio de Fomento debería acabar las obras de adaptación de la línea entre Chamartín y la Terminal 4 de Barajas (la plataforma está preparada y solo tendrían que tenderse la vía y la catenaria). El coste del enlace sería de unos 50 millones de euros. El retraso en la finalización del túnel para la alta velocidad entre las estaciones de Atocha y Chamartín imposibilita la conexión directa del AVE entre el norte y sur de España, con Madrid como nudo central.

Lo que la candidata del PP descarta es acabar la circunvalación de la M-50, pendiente en el norte de Madrid. Cifuentes considera que se trata de un proyecto “inviable en estos momentos, por no decir irresponsable” desde el punto de vista de la gestión. El coste mínimo del cierre de la vía, que obligaría a la construcción de varios túneles en el monte de El Pardo, se estima entre un mínimo de 800 millones y un tope de unos 2.500 millones. Acabar el último tramo pendiente de la M-50, rebautizado M-61 por la expresidenta regional y candidata del PP al Ayuntamiento de Madrid, Esperanza Aguirre, obligaría a perforar un túnel de 10 kilómetros.

En cambio, Cifuentes sí ve factible la carretera de 24 kilómetros, con una inversión de 120 millones, que aliviaría el tráfico (150.000 vehículos diarios) en la A-1 entre San Sebastián de los Reyes y Alcobendas. Al contrario que la radial ideada hace años por Aguirre, sería gratuita y no de peaje. A su vez, la A-1 contaría con un nuevo carril y vías de servicio, según el compromiso entre Cifuentes y Fomento.

Cifuentes también es partidaria de que los parados de larga duración que estén inscritos en el Programa de Activación para el Empleo, alrededor de 20.000 personas, según sus cálculos, paguen una tarifa plana de 10 euros por el abono transporte. Su aplicación sería por seis meses, precisamente el tiempo de duración del programa. La aspirante del PP se queda corta para Izquierda Unida, partidaria de que el transporte público para los parados sea gratuito “según criterios de renta”. La propuesta de Cifuentes de ampliar la edad de los beneficiarios del bono joven de transportes de los 23 a los 26 años la han defendido las últimas dos décadas PSOE e IU, con el PP siempre en contra.

El programa electoral de Cifuentes incluye además un guiño pensado especialmente para los usuarios esporádicos de los autobuses de la Empresa Municipal de Transportes (EMT): los viajeros que compren un billete sencillo podrán realizar un transbordo de forma gratuita.