La empresa retira de urgencia la basura acumulada durante meses tras la denuncia de ABC y después de haber recibido la última multa del Consistorio

El abandono y la desidia que se adivinaba a los pies de El Corte Inglés de Castellana, donde todo tipo de basura y suciedad se ha amontonado durante meses, esconde la negligencia de Adif, titular de la propiedad y, por tanto, responsable –ausente– de su limpieza. Dada su infracción, repetida en el tiempo, la empresa suma cinco expedientes sancionadores del Ayuntamiento, acumulados desde el pasado septiembre hasta este jueves, consecuencia de la información publicada por ABC.

La primera de las sanciones, que nunca han superado los 750 euros, data del 23 de septiembre de 2014. Apenas tres meses después, el 27 de diciembre, recibió otra; así como tres más en 2015: el 13 de enero, el 3 de febrero y el 5 de marzo, respectivamente.

Las fechas, reveladoras de la dilatación y demora de la situación, concuerdan con las denuncias de los clientes y comerciantes consultados hace poco más de 48 horas, hartos de una situación, «vergonzosa», que se arrastraba desde «hace seis o siete meses».

La precipitación de los últimos acontecimientos, en cualquier caso, sirve como respuesta a las demandas reproducidas, pues el jueves mismo se procedió a la acelerada limpieza de la zona. La diferencia es, un día después, evidente y radical. Las jardineras de la plaza, antes atestadas de latas, plásticos y botellas, presentan ahora un aspecto pulcro e impoluto, con las flores, por primera vez en semanas, en solitario. El suelo, jornadas atrás amoquetado de colillas, suciedad y papeles, está ahora limpio y sin los desperdicios que se amontonaban en los márgenes.

La abundante basura, depositada en las áreas de hierba silvestre alrededor del aparcamiento, ya no destacan en el denostado lugar, elevado a pesar de todo como el corazón financiero de Madrid y como uno de sus grandes atractivos comerciales y turísticos.

«Se limpió hace un mes»

Desde el Ayuntamiento, según ha manifestado a este periódico, se intentó contactar con Adif sin encontrar una «respuesta satisfactoria» en este sentido. Aunque en principio indicó que el servicio de limpieza funcionaba correctamente, estas atribuciones no eran de competencia municipal, ya que el espacio no es de su propiedad, y es así como lo ha trasladado en segundo término junto a los expedientes.

La empresa gestora, por su parte, sostiene que no es la primera vez que se procede a este lavado, repetido en varias ocasiones, y que la última vez se hizo hace un mes o mes y medio aproximadamente. Según las mismas fuentes consultadas, Adif ha pedido la colaboración de El Corte Inglés, en concreto para mejorar la vigilancia, y tratar de evitar que dicha situación vuelva a repetirse.

Efectivamente, todos los residuos han sido retirados por operarios de la empresa a la par que la pequeña chabola emplazada a unos metros de la salida de metro y cercanías de Nuevos Ministerios, donde la acumulación se hacía especialmente visible, pareja al hedor de orines y suciedad.

En el desmantelamiento de dicha construcción participó su propio inquilino, que no sólo recogió sus cosas, sino que también colaboró en la recogida de basura. Su historia en la falda del centro comercial, desarrollada en el apartado anexo, comienza hace casi un año y medio.

La limpieza efectuada supone un gran alivio para los usuarios y comercios del lugar, que no veían algo semejante desde hacía meses, según narran. Claudio, responsable de un puesto de comida rápida contiguo, explica que, como él mismo ha tenido que hacer, El Corte Inglés limpió las partes de hierba «en alguna ocasión».

Especialmente preocupado por la falta de higiene en un lugar de tales características, recuerda cómo un año atrás sí se cumplía con el servicio: «Hace un año así lo limpiaba la gente de la estación de tren, pero ahora no viene nadie», declaró hace dos días.

Como en su caso, en una cafetería próxima se alarmaban ante la posibilidad de que tal situación, insostenible, se alargara hasta el verano, máxime por la experiencia reciente. «En verano, la gente de las terrazas se quejaba mucho», denunciaba Gabriela, jefa del local. «Ahora tengo unas tres a la semana», añadió.

«Es horrible»

El rechazo, evidentemente, fue la postura generalizada en todos los casos consultados, con excepción de dos estudiantes chinas que, por primera vez en el lugar, no se habían percatado de la ingente cantidad de residuos que aguardaban a escasos diez metros.

La mala imagen de cara al turismo, que ha establecido en el Corte Inglés de Castellana un lugar idóneo de peregrinación, con excursiones concertadas expresamente para comprar en las marcas de lujo que ofrece –Rolex, Bulgari, Cartier, Aristocrazy...–, ocupó buena parte de ese rechazo.

«Es horrible», declaró una mujer, cliente habitual del centro, que prefirió no dar su nombre. «La imagen es pésima no sólo para los comercios, sino también por un tema de insalubridad», agregó al tiempo que, entre sorprendida y hastiada, contemplaba las bolsas de basura amontonadas.

Solucionado momentáneamente el asunto, no hay, sin embargo, constancia de que en los túneles de Azca, donde restos de papel se amontonan a los lados de la calzada, se haya consumado el mismo procedimiento. Calificado como «una guarrería», varios taxistas denunciaron esta situación, propiciada por los «cartoneros» que hacen acopio de cartones y papeles.

«Creo que la situación responde a un problema grave de civismo», dijo Ángeles, vecina de la calle Orense, en términos generales.